La nula generación de espacios de gobierno para la participación de la mujer y falta de capacidad para generar políticas públicas e inversión en el combate a la desigualdad social durante el último año de gobierno de Rafael Moreno Valle, enviaron a Puebla a los últimos lugares en el Índice de Desarrollo Democrático de México (IDD-Mex).

Durante la presentación de esta medición anual auspiciada por la fundación Konrad Adenauer, Jorge Arias, coordinador del IDD-Mex 2017, señaló que Puebla se ubicó como la séptima entidad peor evaluada en 3 de 4 dimensiones: Democracia de los Ciudadanos, Democracia de las Instituciones y Democracia Social. Sólo en Democracia Económica, la entidad tuvo un significativo avance.

De acuerdo con la medición, Puebla obtuvo una puntuación de 1,500 como resultado de estas dimensiones en conjunto, que si bien representó casi un 50% menos en relación a 2015, le permitió avanzar cinco posiciones al pasar del lugar 31 al 26 nacional; sin embargo permaneció dentro de los 10 estados menos democráticos.

El especialista mencionó que la desigualdad es uno de los principales factores que corrompen el sistema de la democracia del país, junto con la violencia y la corrupción, que oscurecen la democracia”. En este sentido planteó a los próximos candidatos de los tres órdenes de gobierno plantear soluciones a estos problemas. 

Democracia de los Ciudadanos 

La dimensión de Democracia de los Ciudadanos se divide en distintos componentes: adhesión política, derechos políticos, libertades civiles y género en el gobierno, último en el cual Puebla obtuvo la peor puntuación (equivalente a cero) por no incorporar a las mujeres en distintos espacios de gobierno. 

Tan sólo en su último año de gobierno, al cual hace referencia el estudio, Moreno Valle cerró el sexenio sólo con dos colaboradoras: Patricia Vázquez del Mercado al frente de la SEP y Mercedes Aguilar como su secretaria particular. 

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En lo referente a derechos políticos y libertades civiles, Puebla también obtuvo puntuaciones bajas o inferiores al promedio nacional, que reflejan una baja tasa de participación electoral y mala percepción de los ciudadanos del respeto de las autoridades hacia los derechos humanos, de las personas, de asociaciones u organizaciones. 

La medición hace referencia a los señalamientos que hubo hacia el entonces gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle por intervenir en las elecciones para favorecer a Antonio Gali, quien lo sucedió en el cargo. Asimismo, refiere el tema de la inseguridad y al aumento en el robo de vehículos con violencia y tasa de homicidios dolosos. 

Democracia de las Instituciones 

Entre los valores que conforman esta dimensión, Puebla obtuvo las peores puntuaciones en la participación de los partidos políticos en el Poder Legislativo y en el indicador de desestabilización. 

El primero refleja que la prevalencia y acciones a cargo de “defensores del pueblo” es la principal debilidad del estado, y el segundo hace alusión a la alta conflictividad de grupos sociales que demandan respuesta de las instituciones que impiden lograr un clima de convivencia saludable.

El reporte hace referencia a los conflictos que derivaron de los llamados “proyectos de la muerte”, así como a las confrontaciones y manifestaciones que se han realizado por la omisión a la discusión de temas polémicos como los matrimonios igualitarios y la violencia de género. 

Democracia Social 

Los indicadores de pobreza y desigualdad social enviaron a Puebla al lugar 28 de este indicador, luego de que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval) señaló que entre 2011 y 2016, 111 mil habitantes se incorporaron a la población en situación de pobreza. 

Además, el informe resalta que Puebla forma parte de las cinco entidades con más personas que carecen de acceso a los servicios de salud y de seguridad social, es la sexta en rezago educativo, octava con población que no tiene una alimentación adecuada y novena con carencia en servicios básicos de vivienda. 

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En esta dimensión, Puebla fue la cuarta entidad con el peor índice, después de Tabasco, Chiapas y Veracruz. Aunque hubo una mejoría en el tema de la empleabilidad, la variable en este signo fue insuficiente para que el estado mejorara su posición respecto a 2015, pues imperó la incapacidad del gobierno por generar políticas públicas que sirvan para revertir esta situación. 

Democracia Económica 

El único componente en el cual Puebla obtuvo una calificación perfecta de 10,000 puntos fue en la ponderación competitividad-estado-sociedad, que reflejó la capacidad del gobierno para facilitar la actividad económica, reduciendo la tramitología para la emisión de licencias de construcción, apertura de empresas u otros procesos. 

Los peores resultados los obtuvo en mediciones relacionadas con la capacidad del gobierno para generar dinamismo en distintas ramas económicas como la construcción y el comercio, al ocupar la sexta posición de menor a mayor, además fue el quinto estado con mayor desigualdad de ingresos entre la población.

Se colocó a la mitad del ranking en autonomía financiera, referente a la generación de ingresos propios así como en el rubro de inversión, en la que se evalúa la capacidad de producción propia de la entidad. Jorge Arias reconoció que aunque en esta dimensión Puebla salió relativamente bien calificada, se requiere de un mayor esfuerzo en el resto de indicadores para su mejoría.

“Estos problemas no se han asumido con responsabilidad, porque cuando eso pasa se destinan recursos económicos y se generan políticas públicas, pero eso no lo vemos (…) Los estados con bajo desarrollo democrático tienen muchas cosas que mejorar porque están al borde del abismo”, sentenció.