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4 alimentos que son importantes para tu cerebro y que lo estimulan

Hay cosas que sabemos que necesitamos, pero no las ponemos en práctica
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Hay partes de nuestro cuerpo que no vemos y que a veces no le damos la importancia que requiere, como lo es nuestro cerebro.

El darle a nuestro cerebro lo que necesita nos ayudará a mejorar nuestro estilo de vida, tomar mejores decisiones y muchos beneficios que a veces ignoramos.

El portal abc.es consultó a la especialista Patricia Ramírez, psicóloga y autora de “Si salieras a vivir... Hábitos para disfrutar de una vida plena” (Editorial Grijalbo); quien dio cuatro “alimentos que son importantísimos para nuestro cerebro.

¿Cuál es la verdadera gasolina del cerebro?, se le cuestionó a la especialista.

“Para mí hay cuatro alimentos para el cerebro importantísimos: el descanso reparador, la alimentación, la práctica regular de ejercicio físico, la meditación y todos aquellos ejercicios cognitivos que estimulan el cerebro.

Sobre cómo una persona podría tener una vida plena, Ramírez explicó que “en realidad, podría ser muy sencillo. Se trata de equilibrar tu vida, de hacer renuncias y establecer prioridades para tener un poco de tiempo para todo. Y, sobre todo, de vivir en coherencia con nuestra escala de valores. Si para ti es importante hacer ejercicio cada día para sentirte bien y no le dedicas tiempo, es complicado entonces tener una vida plena”

Aquí parte de la entrevista con ABC:

¿Cuál es el motor para alcanzar los deseos propios ante situaciones difíciles?

El motor es la motivación, que está relacionada con varios factores, entre otros, con aquello que da sentido a tu vida, a tu trabajo, a tus objetivos..., y con la necesidad.

Las personas tenemos que tener confianza, seguridad y recursos. Es decir, si tenemos el qué queremos, pero no tenemos el cómo conseguirlo, a pesar de estar motivados, nos sentiremos frustrados por no saber cómo alcanzarlo. Es importante que igual que aprendemos idiomas o nos formamos en la Universidad, también nos formemos para la vida.

¿Se puede entrenar el pensamiento para ser más luchador? ¿Cómo?

¡Síííí! Además es importantísimo hacerlo. Nuestro cerebro funciona como un GPS, atiende las coordinadas que tú introduces a través de tus autoafirmaciones. Si te das mensajes de dudas, mensajes negativos, mensajes de prisa, es imposible actuar con serenidad, con confianza o con tranquilidad.

Pero podemos conseguir todo lo contrario si aprendemos a hablarnos en otro idioma emocional. Palabras sosegadas, positivas, sanamente ambiciosas que nos dirijan hacia nuestros objetivos. Dado que muchas personas están habituadas a dirigirse a ellos mismos de forma negativa, para aprender un idioma más positivo les recomiendo escribir. Escribir ordena el cerebro y favorece el aprendizaje. Podemos escribir cada día palabras, expresiones, incluso hacer de traductores intérpretes a nosotros mismos y tratar de traducirnos todo al lenguaje positivo.

Esto no nos asegura el éxito, pero aumenta mucho la probabilidad de ser más luchadores y sentirnos más seguros.

¿Por qué nos ponemos tantas excusas para luchar por un logro? ¿Está en crisis la fuerza de voluntad?

En parte sí. Vivimos en una sociedad que ha puesto en valor lo inmediato y lo rápido. Así que la mayoría de la gente ni tiene paciencia, ni tiene autocontrol. Lo quieren todo y lo quieren ya. Y esto es un peligro. La falta de fuerza de voluntad genera una sociedad vaga, poco disciplinada, que paga por lo que quiere en lugar de conseguirlo a través del esfuerzo y la paciencia.

En el libro asegura que “un día puede ser en gran medida lo que uno desea”. ¿Qué hacer cuando no es así?

Cuando al cantante Serrat le detectaron un cáncer dijo que «las circunstancias no las elige uno, pero sí la forma en cómo se afrontan». Si deseas tener una situación distinta a la que tienes, hay que empezar a aceptar que las circunstancias del entorno no dependen siempre de nosotros. Pero la actitud con la que decidimos interactuar con el entorno, sí. Es cierto que no todos estamos entrenados para cambiar la actitud, pero esta es la idea de mis libros. Ofrecer herramientas prácticas que permitan ser emocionalmente independientes. Y no me refiero a ser emocionalmente independiente de la pareja, eso es un granito de arena, sino de aquello que no podemos controlar, de la parte inútil de la vida.

Se puede aprender a interpretar el entorno de forma distinta, a relativizar, a tomarnos las cosas con un poco más de humor, a decidir que no todo es una batalla y que no todo es una amenaza en contra nuestro. Se pueden realizar muchas acciones que cambian por completo nuestro estado anímico.

En otro apartado afirma que hay que sentirse bien con lo que uno es y tiene. ¿Por qué en numerosas ocasiones no es así, a pesar de percibir que se tiene todo en la vida —salud, familia, trabajo…—?

Porque tener todo lo material no es tener todo lo que nos da felicidad. Hoy en día sabemos que son las experiencias con las actividades que realizamos y con las personas con las que rodeamos las que nos hacen sentir mucho mejor que cualquier compra.

Una vez que uno tiene cubierto sus mínimos para vivir, vivienda, agua corriente, una cama, alimentación, un trabajo, lo que realmente diferencia a las personas que se sienten bien con lo que son de las que lo sienten menos, es su capacidad para disfrutar de detalles, para tener una vida en equilibrio, disfrutar de las amistades, tener un ritmo en la vida que permita disfrutar, tener aficiones…

¿Por qué nos influye tanto la opinión de los demás?

Porque hemos nacido para vivir en sociedad. Nuestra tribu nos da seguridad y permite que desarrollemos el sentimiento de pertenencia. No hay nada más desolador que sentirte solo y desterrado. Por eso, todos, absolutamente todos, hacemos esfuerzos por agradar, por complacer, por tener amigos y disfrutar de las relaciones sociales. Pero entre la conducta servicial y ser servil, hay una delgada línea. Tenemos que buscar nuestro equilibro personal y saber también, que si decides siempre en función de lo que los demás esperan de ti, al final no eres tú. Vives la vida de otros. Tendrás que enfrentarte tú a la vida de otros. Y, al final, terminas fracasando igual.

¿Cuál es la razón de que haya seleccionado en su último libro doce hábitos?

Para poder entrenar uno al mes. Con el libro se puede empezar por el hábito que se desee, ninguno es dependiente del otro.

Foto 20 Minutos

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