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5 sustancias más adictivas y cómo impactan (dañan) nuestro cerebro

El alcohol, de hecho, es la sustancia más dañina para el organismo según los expertos
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El tema de las adicciones es muy delicado, ya que cuando una persona se vuelve adicta a alguna sustancia no es sencillo que la abandone y sí puede sufrir las consecuencias por abusar de ella.

No se trata de adicciones como al café o el internet (redes sociales, por ejemplo); sino a drogas adictivas y productos perjudiciales en el mundo.

El abuso de drogas puede desembocar en daños irreversibles en nuestro cuerpo y en nuestra vida. No cabe duda de que existen diferencias individuales en las experiencias en su consumo, pues no todas las personas que consumen se convierten en adictas con la misma facilidad, informó La Vanguardia.

Maider Rández, psicóloga experta en adicciones de El Prado Psicólogos asegura que la diferencia principal entre una persona adicta y otra que no lo es radica en la pérdida total de control en el comportamiento.

En un ambiente de consumo, la persona que puede dejar de consumir porque tiene un compromiso, un problema de salud o simplemente tiene que coger el coche no es adicta, mientras que la persona que incapaz de hacerlo, sí lo es”, explicó la experta a La Vanguardia.

Las personas con estos factores tendrán más posibilidades de desarrollar la enfermedad, de ahí que la adicción sea una enfermedad cerebral ya que produce cambios profundos tanto en las estructuras como en varias funciones del cerebro”, explicó.

El cerebro es un órgano muy plástico que cambia cuando las condiciones externas o internas cambian, como es el caso del consumo de drogas. Por tanto, las personas adictas sufren una enfermedad cerebral que requiere un tratamiento especializado”, cuenta Maider.

La Vanguardia publicó cuales son las sustancias más adictivas, según David Nutt, pionero del estudio en The Lancet y profesor de farmacología en la Universidad de Bristol en Reino Unido:

1. La heroína

A pesar de que el alcohol está considerado la droga que más daños causa a la sociedad, la heroína es la más perjudicial en todos los sentidos. A nivel científico, es el más potente opiáceo que hace que el nivel de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro aumente hasta en un 200%. Situada en primer lugar, porque tan solo alrededor de un 10 por ciento de las personas que la consumen puede que se rehabiliten y porque el más mínimo error en la dosis suministrada puede provocar la invalidez mental o física, daños irreparables en prácticamente todos los órganos del cuerpo, o la muerte por sobredosis.

2. La cocaína

La cocaína actúa directamente en el sistema neuronal. Cuando se consume en exceso, se bloquea el proceso normal de reciclaje de liberación de dopamina por parte de las neuronas. Se acumula un gran excedente de dopamina en la sinapsis, que es lo que provoca un estado prolongado de placer. Sin embargo, su adicción es de las más poderosas y resulta muy difícil para la persona que comienza a consumirla no tener recaídas a lo largo de toda su vida.

3. La nicotina

Un informe reciente de la OMS advierte que el consumo de tabaco es la principal causa prevenible de muerte en todo el mundo, pues provoca la muerte de más de 7 millones de personas cada año. La nicotina de un cigarro sube cada 10 segundos al cerebro, una adicción que conlleva muchos efectos adversos, entre ellos, diversas enfermedades cardiovasculares y cáncer.

4. Los barbitúricos o tranquilizantes

Los barbitúricos, también conocidos como balas azules, gorilas, barbs o pink ladies son una serie de medicamentos que inicialmente se usaban para tratar la ansiedad e inducir al sueño. Interfieren con la señalización química en el cerebro, cuyo efecto es cerrar varias regiones del mismo. En dosis bajas, los barbitúricos causan euforia, pero a dosis más altas pueden ser letales porque suprimen la respiración.

5. El alcohol

Posicionado en el último lugar pero no por ello menos adictivo. El alcohol, de hecho, es la sustancia más dañina para el organismo según los expertos. Y quizás un punto de peligro radique en la normalidad de su consumo y su abuso en eventos sociales o de ocio. No solo incrementa los niveles de dopamina hasta en un 360 por ciento, también aumenta la tendencia a depender de su consumo a lo largo de la vida.

Foto Clínica Dr. Marco Franzreb

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