• Economía

Violan norma oficial y venden armas de juguete en Puebla

  • Patricia Méndez
La norma busca evitar explícitamente que las réplicas pueden ser confundidas con armas reales pero comerciantes formales e informales las venden sin restricción alguna
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Aunque existe una norma que lo prohíbe, las jugueterías en Puebla comercializan sin algún obstáculo artículos que son réplicas de armas de fuego, pues se asemejan en cuanto a sus características y mecanismos de acción.

Ese tipo de artículos son comercializados tanto en establecimientos formales como en los ambulantes, por igual, y son algunos de los más demandados por los niños.

La Norma Oficial Mexicana nom-161-scfi-2003 –aprobada en 2013–, prohíbe la venta de juguetes cuyas características como tamaños, colores y mecanismos de funcionamiento, se asemejen a un arma de fuego.

De acuerdo con el reglamento, los juguetes deben ser fabricados de plástico, transparente o bien, de un color fluorescente, que no sea el plata, gris o negro considerados metálicos, negro, gris o café puros, o elaborados a base de recubrimientos de tipo pavón, níquel, cromo, acero, policarbonatos y aleaciones de aluminio y madera o cualquier combinación posible de estos materiales a fin de que no exista la posibilidad de confundirlas con las armas de verdad.

Asimismo, no se podrá importar, fabricar o comercializar réplicas de armas de fuego que requieran, para poder lanzar proyectiles, municiones, diábolos, dardos, etc., de activar el mecanismo conocido como cortar cartucho y que el percutor o martillo sea totalmente fijo.

Sin embargo, en jugueterías como Juguetrón y la de la tienda departamental Waltmart, es posible encontrar juguetes que simulan ser armas de fuego, de distintas características, algunos de ellos, incluyen el sonido real de una metralleta o de explosivos. Sus costos oscilan entre los 200 y hasta los 749 pesos.

El juguete no es bélico, sino el entorno del niño

Dulce María Pérez, quien es doctora en Pedagogía, puntualizó que lo que transforma en bélico a un juguete, no son sus características físicas, sino el entorno en el que estos artículos son utilizados, pues si en la familia del infante se vive violencia, éste entenderá que la pistola tiene un fin de agredir a alguien.

Si los niños están sometidos a maltrato físico o psicológico, responderán a esa situación de manera violenta y para ello ocupará esa clase de juguetes, remarcó la también catedrática de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAPEP).

Explicó que cuando un niño utiliza un arma de fuego de juguete, entiende que es para dañar a otra persona pero en un plano de fantasía, pues aún no comprende el significado de la muerte, sin embargo, si esta práctica se desarrolla conforme vaya creciendo, es posible que en un futuro, se convierta en una persona violenta.

En ese sentido, la especialista recomendó a los padres de familia no adquirir esos artículos, puesto que las características actuales de la sociedad son violentas, esos juguetes ayudarán a alimentar esa percepción.

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