El líder zeta Uriel Enrique Sánchez Carrera, alias El Cacarizo o El Z-55, abatido este martes por la Marina, ya había estado a disposición de la Fiscalía General del Estado en mayo del 2016 por robo de vehículos, pero fue puesto en libertad y a partir de ahí forjó una de las redes más estructuradas de asaltos a trenes en Puebla.

Fuentes al interior de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) informaron que El Cacarizo llevaba años operando desde el municipio de Cañada Morelos, sin embargo cobró fama en meses recientes cuando con ayuda de Olivia P., alias La Güera –hoy prófuga-, formó uno de los grupos más efectivos para saquear trenes.

El Cacarizo murió durante un enfrentamiento con la Secretaría de Marina (Semar) en San Isidro Tezuapan, donde tenía una de sus casas de seguridad. Trascendió que dos escoltas también murieron, pero no ha sido confirmado.

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Su primera detención fue con vehículos robados

Reportes oficiales dieron cuenta que el jueves 19 de mayo de 2016, elementos de la Policía Estatal implementaron un operativo en la zona de Cañada Morelos a fin de recuperar un tráiler cargado con motocicletas, que un fin de semana antes había sido robado en Tepeaca.

Fue en San Isidro Tezuapan donde se detectaron 10 de las motos robadas, sin embargo eran custodiadas desde una camioneta Renault Koleos y una camioneta Nissan Frontier, con matrícula SK-04-332 de Puebla, ocupada por El Cacarizo.

Con parte del cargamento robado, este personaje fue detenido y remitido ante el Agente del Ministerio Público del fuero común, sin embargo por motivos no revelados, logró su libertad y regresó a Tezuapan, donde operaba una célula de Los Zetas, según lo documentó la Secretaría de Seguridad Pública.

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Regresa a delinquir ahora en los atracos a trenes

Fue a mediados de este año cuando nuevamente figuró el nombre de Uriel Enrique Sánchez Carrera, pues se le relacionó con uno de los grupos más importantes en los asaltos a los trenes de Ferrosur, Ferromex y KSCM.

Según información del área de inteligencia de la SSP, El Cacarizo fue identificado como el encargado de adaptar vehículos con reporte de robo y ponerlos a disposición de la población, invitándolos a saquear los trenes argumentando que no era un delito pues le robaban a empresas transnacionales.

Este criminal se apoyaba además de la estructura Zeta a su alcance, pues como operador financiero de Roberto de los Santos de Jesús, alias El Bukanas, rápidamente alcanzó un estatus alto dentro de este grupo del crimen organizado.

Operaba junto con Los Chantulos y La Güera

Además de cooptar a los pobladores, El Cacarizo se encargaba de “comprar seguridad”, para lo que contrataba a dos hermanos de Tezuapan a quienes identifican como Los Chantulos, los cuales se encargaban de elegir a la gente que intervenía en los saqueos.

Otro eslabón en su red es Olivia P., alias La Güera, ubicada como un referente en la comunidad de Tezuapan y quien se encargaba de invitar a los pobladores a los saqueos a cambio de una suma económica.

Al igual que El Cacarizo, ella también estuvo detenida por un asalto al tren en diciembre de 2013, pero a los pocos meses salió libre.

A dicha mujer también se le relacionó con el robo de combustible y hasta hace no mucho se encargaba de operar este ilícito en la zona limítrofe del Triángulo Rojo con el estado de Tlaxcala.