“México lindo y querido si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido”, así festejábamos cientos de mexicanos que actualmente radicamos en París coreando la canción a todo pulmón del moreliano Chucho Monge.

Los mexicanos celebramos el 207º aniversario de la Independencia con el tradicional grito en la ciudad luz, compartiendo nuestras costumbres y tradiciones con la comunidad francesa, latina y en algunos casos personas provenientes de Polonia, Canadá, Serbia, Hindúes, catalanes y británicos.

Vinieron los honores a la bandera y el minuto de silencio por nuestros compatriotas acaecidos por el pasado sismo con epicentro en el Golfo de Tehuantepec.

La alegría se apagó, el silencio de pronto enardeció a la multitud para dar paso a la nostalgia y a las lágrimas. Ya no éramos miles, nos convertimos en uno, sí, en un México unido demostrando la solidaridad ante la tragedia.

Y comenzaba nuestro himno, que fue entonado también por los no mexicanos.

¡Mexicanos al grito de guerra, el acero aprestad y el bridón!

Los rostros de las mujeres se iluminaron, quienes llevaban sus blusas bordadas con detalles mexicanos; y ellos con bigotes falsos y sombreros de charros.

Un joven recién llegado a la ciudad portaba una llamativa chamarra negra en mezclilla con una leyenda que decía: “Mexico is the shit”

Dice que a pesar de su mensaje, sabe que como México no hay dos y que vino a estudiar para superarse y regresar a su país, más preparado, más maduro. ¡Quiero un México libre!, decía entre un tono irónico y serio a la vez.

En el salón “La Palmeraie” no se olvidó el mezcal ni el tequila, los tacos de suadero, chorizo, carnitas y nopales fueron los reyes de la noche.

¡Viva México!

Le Mexique, la terre du Mariachi et Tequila!

Tamales de mole y salsa verde se veían en manos de los galos acompañándolos de una corona bien fría.

Los raspados de sabor tamarindo con mezcal y tequila, fue lo más solicitado de la noche extremadamente calurosa que fue amenizada por el Mariachi Internacional “Los Potrillos”.

El Mariachi Loco, fue la canción más solicitada durante la velada y la más bailada.

Banda, bailes folcróricos, la música sonidera y hasta DJ mexicano se dejaron escuchar en La Palmeraie.

A lo largo de la noche se sintió ese calor de nuestro país, la calidez de su gente y la algarabía mexicana en todo su esplendor.

El júbilo de compartir nuestra cultura e identidad altamente apreciada en el extranjero y que esta noche fue muestra de que a México se le quiere en todos lados y se le aprecia su comida.

La Asociación París-México, encargada de realizar las celebraciones patrias cada año, también convocó a la fiesta a algunos artesanos mexicanos y junto a los restauranteros, ofrecieron parte de sus ganancias para nuestros hermanos afectados de los estados de Oaxaca y Chiapas.

Se ofrecieron productos hechos como rebozos, cinturones, collares y pendientes de chaquira, bolsas y otros accesorios.

Entrada la madrugada ya se comenzaban a ver los vacíos en la pista de baile.

¡Y la chona se mueve, y la gente le grita. No hay mejor que la chona, para la quebradita!

Se ha terminado el pozole, las quesadillas, las palomas y las margaritas. Los pocos esquites que quedan ya se rematan. Vacías han quedado las cajas de Negra Modelo y Modelo Especial.

Se ha ido Lydia a descansar tras vender cientos de tacos –por 5º año consecutivo-, Itacate uno de los mejores restaurantes mexicanos ha cumplido su deber y el sueño de muchos y del mío, degustar un taco de chorizo con mucha salsa verde pasada la media noche en pleno París (ya no más kebabs saliendo del pub o de la “boite de nuit”, ya no más crepas), al menos por una noche.

Peruanos, brasileños, franceses, españoles ya llevan su bandera de México como recuerdo de la noche en que bailaron, comieron, bebieron y disfrutaron como nosotros.

Hasta el otro año bailaremos “No rompas más”.

Hasta el otro año mí querido México.

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!