• Salud

Colapsaría déficit de geriatras al sistema de salud en Puebla

  • Efraín Núñez
A partir de 2020 se llegará al tope de la pirámide poblacional invertida, es decir más del 50 por ciento de los habitantes del país serán adultos mayores
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José Daniel Aparicio Vega camina encorvado, muy lento, siempre tomado del antebrazo por alguna persona. A sus 81 años de edad el parkinsonismo le impide mantenerse erguido por el riesgo de caerse hacia atrás.

Durante unos minutos dejó su actividad de venta de libros sobre medicina en el Consejo Mexicano de Geriatría A.C., la única escuela formadora de geriatras gerontólogos en el país, con sede en Puebla, de la cual colaboró en su fundación. 

Con voz baja pero con extraordinaria lucidez habla sobre su padecimiento, el cual le aqueja desde hace algunos años.

“Las causas de mi enfermedad son variadas. Puede ser porque me pintaba el cabello o porque a los cinco años tuve una caída muy severa”.

En la charla recuerda que ese episodio en su vida pudo ser un factor importante que lo volvió susceptible a la enfermedad.

“A los cinco años me subí en una silla que estaba toda temblorosa. Nadie se dio cuenta, yo solo me levanté y al día siguiente me vino una hemorragia masiva. Esa clase de lesiones en los niños es muy grave porque a la larga tiene sus consecuencias”.

José Daniel Aparicio es médico de profesión y fundador de la Casa del Abue en el sexenio de Mario Marín Torres. Oriundo del Cusco, Perú llegó a México en los años 70 para hacer una vida prolífica dedicada a la medicina.  

Hoy vive afectado por el parkinsonismo, una enfermedad provocada por un daño en la corteza cerebral que le hizo perder el control de su equilibrio; por un cáncer de próstata, y por afecciones en una rodilla, de las que es tratado por médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Ya retirado de la medicina, por la imposibilidad de consultar a sus pacientes ahora requiere de la atención de otros de sus colegas para sobrellevar otras afecciones. Como médico sabe que el parkinsonismo no es curable, mientras que su cáncer de próstata fue detectado a tiempo, por lo que toma medicamento para curarse. Adicionalmente tiene una afectación en la rodilla que requiere de cirugía.  

“Soy muy desordenado para tomar la medicina. Si lo hiciera me sentiría mejor. Mis enfermedades están controladas”, sostiene con la mirada perdida en el piso.

Recuerda que hace diez años fue uno de los geriatras que brindó atención a los adultos mayores en la Casa del Abue, proyecto de la administración de Mario Marín, que en su opinión dejó de brindar una atención de calidad durante el sexenio de Rafael Moreno Valle Rosas.

Aparicio Vega es uno de los pocos geriatras gerontólogos que hay en México. Como especialista advirtió que la pirámide poblacional ya se invirtió. El tope se alcanzará entre los años 2020 y 2025, según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), cuando la mayor parte de la población será adulta mayor y de no haber los médicos suficientes los sistemas de salud pública y privada colapsarán por la demanda de atención.

El sistema de salud a punto de colapsar

Guillermo Ontiveros Martínez, director del Consejo Mexicano de Geriatría y Gerontología A.C. alerta que a partir de 2020 el sistema de salud, tanto público como privado, podría colapsar, debido a que se llegará al tope de la pirámide poblacional invertida, es decir más del 50 por ciento de los habitantes del país serán adultos mayores, según cifras del Inegi. 

Sostiene que la principal problemática que hay desde la actualidad es la falta de especialistas en geriatría para atender las enfermedades relacionadas con la vejez.

“En general el déficit de especialistas en México está por arriba de la media internacional. Los llamados países ricos cuentan con 6.5 especialistas por cada mil habitantes. En los países de Latinoamérica la cosa es más grave hay 2.6 médicos por cada mil habitantesSi hablamos de geriatras el problema es mayor”.

Estima que el atraso en la formación de geriatras tiene 50 años, debido a que en México no existen las políticas adecuadas para la atención del adulto mayor.

“Los pioneros a nivel mundial son España y en su momento Cuba. En México la formación de médicos geriatras está en pañales, no tiene más de 30 años”.

Víctor Manuel Rábago Rascón es médico residente en el Hospital de La Margarita del IMSS, aunque aclara que no está contratado como geriatra. En este hospital solo hay un médico con esa especialidad, realidad que se replica en los hospitales de San AlejandroSan José y en el de Traumatología y Ortopedia. Es decir, solo hay cuatro geriatras en los hospitales del IMSS de Puebla.

“Para una atención ideal de los adultos mayores en el hospital de La Margarita por ejemplo, se requiere de al menos dos geriatras por turno”.

Y es que recuerda que las instituciones de salud como el ISSSTE, el IMSS, la Secretaría de la Defensa Nacional y Salubridad en su consulta de rutina atienden más a adultos mayores que a población nueva.

Minimiza SSA déficit de especialistas

Por separado, José Antonio Martínez García, director de Atención a la Salud de los Servicios de Salud en el Estado, afirma que en los hospitales de este sistema hay aproximadamente quince geriatras, adscritos al hospital general del Sur, al del Norte y al de Cholula, principalmente.

Aunque reconoce el déficit afirma que hay suficientes especialistas en los hospitales para atender enfermedades de la vejez.

“Las enfermedades crónicas son las que empiezan a tener una tendencia a la alza como diabetes, hipertensión, cáncer y enfermedades del corazón. Desde que los médicos hacen su servicio social y su internado los llevamos a que vean cuáles son las enfermedades que tienen que tratar”.

Sin embargo, para el también integrante de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Víctor Manuel Rábago el adulto mayor requiere de una atención especializada.

“Los geriatras son necesarios porque curan, atienden y previenen las enfermedades del adulto mayor”.

Roberto de Jesús Carreón Márquez, médico de Atención Domiciliaria del Programa Nueva Vida a los 68 años del gobierno de la Ciudad de México, manifiesta que en la prevención se encuentra una de las funciones básicas del geriatra para evitar la hospitalización.

La asistencia social es la primera arma para prevenir que un adulto mayor llegue a la hospitalización. Si un adulto mayor llega a hospitalizarse genera un gasto mayor para el sistema de salud”.

La problemática se complica para los adultos mayores que no cuentan con seguridad social. Ambos médicos estiman que el costo de hospitalización en una institución privada supera los 3 mil pesos diarios según la patología del paciente, mientras que en terapia intensiva el costo se dispara hasta los 70 mil pesos diarios.   

Adicionalmente, el riesgo para un adulto mayor hospitalizado es que pierde el uno por ciento de su masa muscular por día.

Puebla, pionera en la formación de geriatras gerontólogos

El Consejo Mexicano de Geriatría y Gerontología es la única escuela de especialistas de este tipo a nivel nacional.

El director de la institución, Guillermo Ontiveros manifestó que en lo que va de su fundación el Consejo Mexicano de Geriatría cuenta con 400 geriatras gerontólogos titulados y actualmente tiene 190 alumnos de México, así como de otros países como Haití Perú.

Señala que la importancia de un geriatra gerontólogo es que además de atender las enfermedades del adulto mayor, también se encarga de ayudar a sus pacientes a aceptar el proceso de la vejez.

Sostiene que pese a la existencia de la Casa del Abue es urgente la aplicación de políticas públicas para atención a los adultos mayores en la entidad para prevenir el colapso.

Agrega que en el Programa Nacional de Residencias se forman especialistas solo con el enfoque de geriatras en la Ciudad de México y Monterrey, mientras que en Puebla egresan como geriatras gerontólogos.

De vuelta a los libros

La plática con el geriatra José Daniel Aparicio se encuentra en el ocaso. Como especialista y por experiencia propia destaca la importancia de su especialidad para la atención integral de los adultos mayores.

“Así como hay pediatras para los niños, ginecólogos para la mujer y urólogos para los hombres, también debe haber los suficientes geriatras para el adulto mayor”, concluye.

Con dificultad saca una tarjeta de presentación de su cartera y queda a las órdenes. Después su colega Víctor Manuel Rábago lo toma del antebrazo. Otra vez con paso lento y con el apoyo de dos guías deja el consultorio donde se realizó la plática. De regreso a la venta de libros con la certeza de los años vividos.

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