• Entretenimiento

Máscaras de Guerra: arte de militares que presenciaron violencia extrema

  • Rolando Lino y Yazmin Evia
NICoE ofrece arte-terapia: los soldados participan durante cuatro semanas en diferentes talleres artísticos de música, pintura o escultura
.

Demonios Abstractos representados en Mascaras, decoran las paredes del NICoE (National Intrepid Center of Excellence); una organización del Departamento de Defensa (de Estados Unidos) que ofrece investigación, educación y tratamiento para la salud psicológica de soldados que combaten en Afganistán e Irak.

Las máscaras son parte de una terapia para aliviar el estrés post-combate. Sorprenden porque revelan lo que hay en la mente de hombres y mujeres que padecen tanto lesiones cerebrales leves; como problemas psicológicos derivados de presenciar violencia extrema.

NICoE ofrece arte-terapia: los soldados participan durante cuatro semanas en diferentes talleres artísticos de música, pintura o escultura. Durante la primera semana diseñan y elaboran una máscara. Algunos prefieren conservarla y otros donan su obra para inspirar a otros.

Jeff Hall –de 43 años- tituló su máscara como “The Shock of Death” (“El Impacto de la Muerte”) y sirvió en Irak desde 2003 hasta 2005. Hall desarrolló tendencias suicidas porque perdió amigos y presenció situaciones de extrema violencia que no pudo olvidar. Su comandante notó cambios en el comportamiento de Hall, y lo envió a NICoE.

“Esa imagen grabada en mi mente, empezó a filtrarse fuera de mí”, dijo Jeff; y reconoció: “para ser honesto, (la terapia) me ayudó a dejarlo ir”.

Los soldados logran liberar con éxito muchas de sus emociones, y ayudan a los investigadores a entender las cicatrices psicológicas de quienes sobreviven a un enfrentamiento bélico. “Hacer arte puede ayudar a que la gente a desbloquee oscuras emociones o recuerdos que todavía no pueden vocalizar; tirando esas ansiedades enterradas en su subconsciente y colocándolas en un lienzo o en un trozo de arcilla”, comenta Donna Betts; profesora en el programa de arte-terapia en Universidad George Washington.

Las mascaras están decoradas con lágrimas, ojos en agonía, dolor y todo aquello que un combatiente ha presenciado en el frente de batalla. Desnudan las imágenes mentales de quienes atestiguaron crudas escenas de guerra. Una de estas –por ejemplo- muestra parte de una bandera norteamericana en la mitad izquierda y una calavera en la derecha. Esta máscara –realizada por un médico del ejército- se titula: “He destruido mi vida para que otros puedan vivir”.

Melissa Walker es una de las terapeutas de arte que supervisa el programa; y cree que las máscaras proporcionan  una forma de expresar el dolor y por tanto libera emociones. “Les da una manera de expresar visualmente lo que están pasando. Es un poco menos intimidante que entregar un trozo de papel en blanco”, comenta la especialista.

Ingresan al NICoE quienes no han respondido a las terapias convencionales; según haya dictaminado un médico militar y un terapeuta. Cada paciente debe permanecer internado entre 3 y 4 semanas; pero durante ese tiempo un cónyuge o cualquier otro familiar puede quedarse hospedado también para acompañarle. Una vez finalizado el proceso, la mayoría puede reincorporarse al servicio activo. (Twitter: @rolandolino)

*** Información publicada en 2013

*** Información publicada en 2013

[relativa1]

[relativa2]

[relativa3]

Tags: 

Comentarios de Facebook: