• Sociedad

En la Sierra Negra piden a Obispo no apoyar proyectos de muerte

  • Kara Castillo
En una carta, demandan al obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar Martínez, no dar su apoyo a la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Coyolapa- Atzalan
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Habitantes de 12 comunidades de la Sierra Negra que se han declarado en  resistencia ante la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Coyolapa- Atzalan, pidieron al obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar Martínez, que la iglesia católica tome una actitud proactiva en favor de los más pobres y no apoye a empresarios que instalan los proyectos de muerte en comunidades indígenas.

En una misiva escrita por pobladores, que hace alusión a la reunión con el prelado el 18 de mayo en el seminario Mayor de Tehuacán, Puebla, reiteran su  rechazo a la Minera Autlan en el territorio.

Los pobladores increpan al obispo: “No se llene la boca con hermosas palabras hablando de los pobres, acérquese a nosotros, mírenos a los ojos y escúchenos”.

Aunque públicamente reconocen que el líder católico en Tehuacán no ha tomado partido por las empresas y trasnacionales que imponen megaproyectos, le recuerdan que con el apoyo de la iglesia no habría freno para la destrucción de su territorio al que consideran un paraíso.

Le recuerdan al prelado que luchan “contra la imposición de la reforma energética que ha metido en conflictos a cientos de comunidades en todo el país, debido que generan muerte y destrucción”.  

Las comunidades en resistencia le hacen saber el impacto social de confrontación en las comunidades y le recuerdan que  el Comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas, Jaime Martínez Veloz sostuvo que la instalación de los proyectos de muerte en la Sierra Negra se realiza con  irregularidades y violado los tratados internacionales como el  Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Señalan también que  “ante la desesperación del gobierno federal por concretar el negocio millonario, han venido intentando forzar una consulta que ni en tiempo y forma se realizó, por lo que también han acudido con Usted para que sea la iglesia quien avale este ultraje.  Si insisten en imponerla, no les daremos derecho alguno sobre nuestra sagrada casa”,  le advierten.

La misiva se reproduce íntegra a continuación:

Tehuacán Puebla a 19 de mayo del 2017

  

¨Una mirada de singular delicadeza les pido para los pueblos indígenas, para ellos y sus fascinantes y no pocas veces masacradas culturas. México tiene necesidad de sus raíces amerindias para no quedarse en un enigma irresuelto. Los indígenas de México aún esperan que se les reconozca efectivamente la riqueza de su contribución y la fecundidad de su presencia, para heredar aquella identidad que les convierte en una Nación única y no solamente una entre otras¨.

Señor Obispo Rodrigo Aguilar Martínez, le agradecemos por el privilegio que nos ha concedido al escucharnos el día 18 de mayo en el seminario Mayor de Tehuacán Puebla, estando presentes los representantes de 12 comunidades indígenas de la Sierra Negra del Estado de Puebla, quienes nos encontramos en resistencia ante la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Coyolapa- Atzalan, los cuales acudimos a su llamado.

De manera respetuosa hemos manifestado nuestro rechazo bajo los argumentos que hemos expuesto ante usted, los diferentes representantes de las comunidades en especial las comunidades directamente afectadas, quienes hemos expresado nuestras palabras y nuestras preocupaciones, ¿Usted sabe quién es Minera Autlan? Nuevamente escuchamos los mismos argumentos en defensa del proyecto que ya conocíamos de la empresa, sus mentiras de tanta bondad y promesas fugaces que nunca se cumplen, como lo ha hecho en otros estados del país,  lo que nos da fuerza y robustece  en mantener nuestra posición de rechazo contundente al proyecto. Así toda vez que nos unimos, nos fortificamos más y crece nuestro movimiento.

El proyecto de la hidroeléctrica Coyolapa-Atzalan ha traído impactos negativos en la Sierra Negra. Si este proyecto tuviera el respaldo de nuestra  Iglesia  esta gente no se detendrá en destruir nuestra paraíso. ¿Ha visto los daños y afectaciones con sus ojos? ¿Conoce el daño que le hacen a la casa común, a nuestra madre tierra? Nuestros argumentos son públicos, luchamos contra la imposición de la reforma energética que ha metido en conflictos a cientos de comunidades en todo el país, debido que generan muerte y destrucción, ¿Cuánta sangre más será derramada por la ambición de estas empresas?  A ellos lo único que les importa son nuestros recursos y su lucro.

 

El racismo y desprecio hacia nosotros los pueblos indígenas de México no son nuevos, los gobernantes deciden sobre nuestro vida, sobre nuestros territorios, somos las ovejas que sacrificaran, pero les decimos que  lo único que tenemos es nuestro cuerpo, la fuerza de nuestra razones y convicciones para defendernos, nuestra fe es grande por eso se detienen, porque saben que estamos dispuestos a defender la casa común con nuestras propias vidas.

Esta carta que hoy hacemos pública es para proponer las consideraciones y análisis, para que la Iglesia tome una actitud proactiva en favor de los más pobres, para que usted pueda discernir y reflexionar ante las inclemencias que vivimos como pueblos y las injusticias que  se comenten las cuales son el pan de cada día contra nosotros, contra tu pueblo que está luchando por lo único que le queda a la humanidad y que hoy nos lo quieren arrebatar.

 

 Te hemos hablado con el corazón, los impactos ambientales de estos proyectos son incalculables e irreversibles, ya suficientemente demostrados por estudios científicos y por la propia experiencia de proyectos pasados, además ¿cuanto vale nuestra agua? Como es posible que solo favorezca a una minera que degrada el medio ambiente y privatizaran nuestro oro cristalino, mientras la población no tendrá agua suficiente para sus necesidades. Lo peor es que matarán el río que ha estado ahí, antes que nosotros llegáramos y que deseamos siga ahí cuando nosotros partamos.

 

Las autoridades ha trastocado la paz que gozábamos. El impacto social de confrontación en las comunidades que hoy se vive en la zona, va desde  agresiones, detenciones arbitrarias por parte de la policías municipales, intimidación a personas y comunidades de diversas maneras, mediante amenazas, hostigamiento y han derivado incluso en heridos por armas de fuego, agresión física y intento de asesinatos a diversos compañeros de la resistencia, suspensión de recursos, niños corridos de la escuelas porque sus padres simpatizan con nuestra causa. A esto se sumará las consecuencias sociales por parte de la población que vendrá con la obra.

 

Este proyecto es ilegal como lo manifestó el Comisionado para el diálogo con los pueblos indígenas, Jaime Martínez Veloz, ya que presenta una serie de irregularidades y ha violando los tratados internacionales como el  Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la propia Constitución Política mexicana, así como la resolución de la SCJN donde establece la obligatoriedad de un mecanismo y protocolo de consulta a los pueblos indígenas de México, sin embargo no existe reglamentación alguna en el país.  Aun así, los estudios y Manifiestos de impacto Ambiental  que fueron aprobados por la SEMARNAT son ilegales. Hoy ante la desesperación del gobierno federal por concretar el negocio millonario, han venido intentando forzar una consulta que ni en tiempo y forma se realizó, por lo que también han acudido con Usted para que sea la iglesia quien avale este ultraje.  Si insisten en imponerla, no les daremos derecho alguno sobre nuestra sagrada casa.

Como el Papa Francisco destaca en su encíclica: Las comunidades “no son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos quienes mejor los cuidan. Sin embargo, en diversas partes del mundo, son objeto de presiones para que abandonen sus tierras a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura.

Sr. Obispo Mons. Rodrigo Aguilar, sabemos que usted no ha tomado partido por nadie como lo hacen aparentar públicamente algunos medios, pero como iglesia viva que somos y haciendo vivas las palabras del papa Francisco,  le decimos que: No se llene la boca con hermosas palabras hablando de los pobres, acérquese a nosotros, mírenos a los ojos y escúchenos.

Nosotros la resistencia de los pueblos de la Sierra Negra le reiteramos nuestra gratitud, y les damos las gracias.

 

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