A siete años del homicidio de la defensora de derechos humanos Bety Cariño y del fotógrafo Jyri Jaakkola, los responsables no han sido detenidos a pesar de que las autoridades  han identificado plenamente a quienes les emboscaron ultimándoles en el estado de Oaxaca

En Chila de las Flores, lugar natal de Alberta Cariño, Bety Cariño comenzó desde hoy  la jornada para su homenaje,  mientras que su viudo, Omar Esparza, líder del Movimiento Agrario Indigena Zapatista (MAIZ) encabezó una Jornada de Movilización que exige el esclarecimiento de los hechos registrados el 27 de abril de 2010, cuando fueron atacados a tiros mientras se dirigían en caravana hacia la comunidad San Juan Copala.

“Hoy sé que hay una justicia política que procura omisión e impunidad. Seguimos reclamando castigo a los responsables en un proceso donde los familiares de las víctimas hemos han realizado las investigaciones, en lugar de las autoridades”, dijo a este diario.

La manifestación de integrantes de organizaciones indígenas y campesinas poblanas y oaxaqueñas partió de la Fuente de las Siete Regiones al Zócalo de Oaxaca para demandar un alto total a esta política de hostigamiento y persecución en contra de los pueblos en resistencia.

Este fin de semana en Puebla se celebra en el municipio de Chila de las Flores el Encuentro “Contra la represión y por la vida” en memoria de la defensora de la tierra, el agua, la autonomía y los derechos de hombres y mujeres indígenas.

“Es el tiempo de las mujeres insumisas, es el tiempo de nosotros los pueblos”, señala la invitación al Encuentro en el que se celebrarán, entre otros eventos, mesas de trabajo con los títulos: “Violencia de Estado, despojo y desplazamiento forzado”, “Mujeres y pueblos en defensa del territorio y la vida”.

 7 años de caminar y caminar

Omar  Esparza señaló que estos siete años han sido de “caminar y caminar” asistiendo a innumerables reuniones con todo tipo de autoridades, encontrando un  muro de indiferencia, de instituciones débiles y de las complicidades de autoridades federales que se niegan a ir al fondo para castigar a los perpetradores de este crimen, archivando diversas averiguaciones que señalan a los responsables, buscando esconder la verdad de lo que ocurrió en el ataque a la caravana y proteger a los autores, no solo materiales sino también a los intelectuales de este y otros crímenes más cometidos en contra de defensores comunitarios.

 “Apelando a que no es posible la detención de quienes asesinaron a Bety y Jyri, el gobierno busca simular un juicio descalificando las pruebas que señalan la responsabilidad de  los agresores, mientras los testigos y víctimas que participaron en la caravana, han sido sujetos de acoso, amenazas permanentes, agresiones y todo tipo de hostigamientos”, denunció.

Para el líder indígena, Oaxaca y Puebla son los estados que no solo comparten “la digna resistencia”, también la reacción gubernamental a ésta, persiguiendo y asesinando  a quienes luchan por los derechos de los pueblos.