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YouTuber se hizo famoso por ser pandillero y ahora es un gran artista

Hennessy Youngman aparece en sus vídeos con una actitud desenfadada y vestido con atuendos sencillos
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La fama y el reconocimiento no son lo mismo, el YouTuber lo sabe. Tener dos millones de suscriptores no significa ostentar el conocimiento para hablar de cualquier tema, aún cuando la mayoría de exponentes cometan esa equivocación. En esta web, la fórmula de la gloria funciona de una manera diferente; el éxito consiste en ser otro.

Pese a los miles de suscriptores que reportan sus cuentas día con día, nadie conoce la anatomía del YouTuber. Esa figura de proyección mediática que ha preservado su historia en un sinfín de vídeos acerca de su vida, sus aficiones, manías e incluso todo aquello que lo atemoriza. Un fenómeno de naturaleza viral que nació al mundo en 2011.

Característico por dedicarse a explorar una forma de entretenimiento inexistente hasta hace algunos años, el YouTuber gana adeptos durante todo el día. Gracias a la interacción que ofrece el sitio web del que forma parte (YouTube), la proximidad con los espectadores a través de los comentarios y el número de vistas que contabilizan los vídeos, el YouTuber ha dejado de ser una figura de entretenimiento para convertirse en vocero.

Tal es el caso de Henessy Youngman el atípico crítico de arte que pasó de las calles de Brooklyn, en Nueva York, a las exposiciones en el Museo de Arte Contemporáneo en Chicago gracias a los seguidores conseguido por su canal de YouTube. ¿El motivo? El arte como un tema de conversación en cada uno de sus vídeos.

El nacimiento de una estrella

 Todo comenzó a mediados de 2010. YouTube ganaba adeptos y Hennessy Youngman apostó a la plataforma electrónica para hablar sobre la represión de la que llegó a ser víctima en las calles marginales de Nueva York, donde nació y creció. Todo a través de los temas que le llamaban la atención, pero sobretodo uno en particular; el arte y la manera en que este ámbito de creación y manifestación humana está pensado sólo para el desarrollo del “hombre blanco”como la figura del individuo dominante que impide la participación de las minorías.

Fue así como nación “Art Thoughtz” (Pensamientos del arte) una serie de vídeos conocidos como videos instructivos. Un formato de producciones audiovisuales en donde Hennessy comenzó a referirse a distintos aspectos del universo artístico, más allá de la exposición o el proceso creativo. Situaciones que determinan el resultado final de una pieza, pero que no podrían entenderse alejadas del contexto en el que se desenvuelven.

La fórmula del éxito: un pandillero que habla sobre arte

Hennessy Youngman aparece en sus vídeos con una actitud desenfadada. Vestido con atuendos sencillos (playeras grandes, cadenas ostentosas, doradas y gruesas, y el aspecto descuidado de un artista incomprendido), un detalle resalta de entre toda la parafernalia de quien se autodenomina “la enfermedad del sistema”, sus gorras. Un elemento que aparece a lo largo de sus vídeos con una carga irónica y de sátira evidente por tratarse de dibujos animados que, los queramos o no, forman parte de un entorno reflejado en las caricaturas.

A lo largo de sus vídeos, Youngman habla fuerte y claro frente a los espectadores. No trastabilla ni vacila al exponer sus argumentos para convertirse en un artista exitoso o al sugerir qué se necesita para entender cómo se puede ser un artista famoso cuando eres negro. Tema, en ambos casos, seleccionados por quien padeció la crítica y el racismo de un vecindario visto como la cuna de parias sin estudios ni aspiraciones.

La mordacidad de sus palabras y la fuerza de sus ideas llamaron la atención del círculo artístico en los Estados Unidos. Sus monólogos sobre el arte, el género, la raza y la cultura popular le significaron ser invitado al Museo de Arte Contemporáneo en Chicago con la exposición en vivo de una de su conversaciones, como si se encontrara frente a las cámaras de un vídeo más para su canal de YouTube.

La extinción de una estrella

Sin embargo, algo sucedió. Después de haber asistido como un crítico invitado al programa del conductor canadiense Ted Byfield, en 2012 y que la idea de “Art Toughtz” fuera catalogada  por la revista “ArtInfo” como una de las “100 obras más icónicas de los últimos cinco años”, Hennessy Youngman desapareció de la escena. Sin mensajes póstumos ni aspavientos, simple y sencillamente un día dejó de subir sus vídeos y reveló su nombre verdadero.

Hennessy Youngman se llamaba en realidad Jayson Scott Musson. Un artista que, efectivamente, nació en el Bronks, pero eso nunca impidió que se convirtiera en un pintor con una licenciatura en Bellas Artes por la Universidad de las Artes en Filadelfia, Pensilvania. Además, en 2011 concluyó una maestría en pintura por la Universidad de Pensilvania.

Desde 2012, Musson no ha vuelto a interpretar a Hennessy Youngman y siempre se refiere a él como su primo. Sin embargo, jamás ha declarado si volvería a retomar el proyecto que lo hizo tan conocido entre 2010 y 2012. La fama de un YouTuber diferente al resto por los temas que abordaba y la personalidad que imprimía se había acabado. No obstante, las críticas de Youngman aún permanecen en sus vídeos disponibles para quien desee acercarse a ellos.

El Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, aseguró en su texto “La civilización del espectáculo” que la diferencia esencial entre la cultura y el entretenimiento estriba en su capacidad para preservarse en el tiempo. Mientras que la cultura, en menor o mayor medida, busca trascender el paso de los días, el entretenimiento sólo se conforma con durar un instante y luego desvanecerse para dejar “el espacio libre para otros productos”, y en ese ambiente, Youngman fue un YouTuber que ha permanecido sin la necesidad de los reflectores como ha sucedido con otros “Youtubers”, celebridades de un minuto.

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Texto e imagen tomada de Cultura Colectiva

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