• Cultura

Mexicanos reciben a sus difuntos este día y les ofrecen comida y bebida

  • Jaime Zambrano
De la cultura indígena heredamos la creencia de que los muertos no irán a sufrir a otro mundo sino a descansar y tenemos el privilegio de contar con ellos una vez al año, recuerda Eduardo Merlo Juárez
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El asesor cultural de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep)Eduardo Merlo Juárez, resaltó que en México se vive una contradicción: se ríe de la muerte y se sufre por la pérdida de seres queridos.

Destacó que el Día de Muertos o la Fiesta de Muertos, era vivida por los antepasados indígenas de una manera muy distinta a los españoles, pero ahora se vive una mezcla de elementos.

“Después de investigaciones de muchos años para entender el concepto de la muerte, encontramos que en la cultura mexicana se vive una dualidad: por un lado el mexicano vive el concepto de la muerte tan cercano que se ríe de él; por otro lado, tenemos la esperanza de que nuestros seres queridos pasaron a mejor vida. No podemos resucitar a nuestros seres queridos pero los recordamos”, expresó.

Destacó que de la cultura indígena se heredó el pensamiento de que los muertos no irán a sufrir a otro mundo, sino a descansar y se tiene el privilegio de contar con ellos, al menos, una vez al año, a principios de noviembre.

Señaló que ante la creencia de que los muertos vendrán a visitarnos, se coloca una ofrenda a manera de banquete en donde se les ofrecen bebidas y comida, acompañada por adornos.

“Nosotros los invitamos a comer, a tomar algo y a disfrutar. En estas fechas, nosotros tenemos la oportunidad de invitar a nuestros muertos”, comentó.

Agregó que la tradición de celebrar el Día de Muertos en México está arraigada en la cultura de México y tiene expresiones como las de algunas comunidades de Puebla en las que  se llegan a invertir más de 90 mil pesos en una ofrenda.

Para la colocación de las ofrendas, las familias participen en la elaboración de los altares, colocando velas, flores, papel picado, hojaldras, comidas y bebidas; y muchos permanecen en sus hogares para acompañar a sus seres queridos en el banquete, agregó el académico.

“La tradición marca que vienen cada año y, sobre todo, si son muertos nuevos, se les recibe de una manera especial con una gran comida. Es una costumbre prehispánica que cada año se refuerza con la incorporación de nuevos elementos”, destacó.

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