Según el registro del investigador de la Universidad Nacional Autónoma de Puebla (UNAM), Víctor Toledo, los conflictos socioambientales y las resistencias locales y regionales se han multiplicado en la última década en todo el país y en Puebla suman una veintena los pueblos en esa condición.

Teziutlán,  Olintla, Zoquitlán, Acateno, Huauchinango, Ayotozco, Tehuacán, Cuetzalan  son territorios en los que firmas  nacionales y extranjeras quieren desarrollar proyectos que atentan contra territorios y comunidades.   

Los ciudadanos se han organizado en frentes como Maxtum kalaw Chuchutsiepi, “Todos unidos como pueblo”, el Comité en Defensa del Agua y los Recursos Naturales de Ocotepec, Miocup, Defensa del medio ambiente y los Recursos Naturales en Tehuacán, Ecotuzuapan, así como decenas que colectivos que  incluyen a poblaciones indígenas de Pahuatlán,  Sierra Negra y la Sierra Norte

En la celebración del Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, este 9 de agosto, tanto Víctor Toledo como Gerardo Pérez, defensor ambiental,  señalaron que los defensores rurales de la naturaleza son los “zapatas” de hace un siglo  y los nuevos “ecologistas de los pobres”.

Gerardo Pérez aseguró que la explotación y expoliación que se inició en la época de la Conquista no ha desaparecido, más bien se ha afinado luego del año 1982, con la llegada a Carlos Salinas de Gortari, que reafirmó a los privatizadores en el poder con la modificación al artículo 27 Constitucional con la expedición de la Ley Minera, la Ley Nacional de Aguas y la Ley de Inversión Extranjera y que continúan hasta las reformas del presidente Enrique Peña Nieto sobre la regulación de hidrocarburos y las reformas de Ley Energética.

“Todo esto sólo ha permitido el despojo más vil -- así  sin máscaras ni anestesia --- del territorio y bienes y recursos naturales de los pueblos indígenas”, señaló.