Uhuru Kenyatta, presidente de Kenia, le prendió fuego a una montaña de 105 toneladas de marfil, las cuales fueron obtenidas de 8 mil elefantes y 343 rinocerontes sacrificados.

“Ha llegado la hora de tomar una posición clara: Kenia está enviando el mensaje de que para nosotros, el único marfil que vale es el que tienen nuestros elefantes”, dijo Kenyatta.

Las autoridades de Kenia organizaron la incineración del marfil para impedir que los cazadores continúen sacrificando animales.

“El país propondrá una prohibición total del tráfico de marfil en la próxima Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora, que tendrá lugar este año en Sudáfrica”, dijo el presidente Kenyatta.

Medios locales dijeron que para mantener el fuego de las hogueras se utilizaron 20 mil litros de combustibles y que se desconoce cuánto tiempo tardará el marfil en convertirse en ceniza.

Algunos activistas habían sugerido que se vendiera el marfil y que el dinero se utilizara para crear proyectos de desarrollo y protección de animales.

Sin embargo, el presidente Kenyatta dijo que quería dejar en claro que el marfil no debe tener valor comercial alguno.

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