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Filadelfia se vuelca en el Carnaval de Puebla más grande fuera de México

Es el desfile más grande en EU que conmemora la batalla del 5 de mayo
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Con orquestas, trajes de colores y mosquetones, miles de personas celebraron hoy el Carnaval de Puebla en Filadelfia, el desfile más grande fuera de México que conmemora la batalla del Cinco de Mayo y la fusión de culturas.

El espectáculo callejero llegó a su décima edición consolidado como el más reconocido, después del original en Puebla, dedicado a la batalla de 1862 en la que el Ejército mexicano derrotó en esa ciudad por primera vez a una potencia extranjera, Francia.

El Cinco de Mayo es motivo de "orgullo", pues las tropas mexicanas, menores en número, mal armadas y poco entrenadas derrotaron a los franceses, considerados entonces invencibles, dijo  a Efe uno de los organizadores del Carnaval, Adelaido Torres.

El carnaval mantiene vivo ese orgullo en los que emigraron hacia EEUU hace "media vida" y les permite "inculcar la tradición" a sus hijos, ya nacidos en el país, señaló Torres, miembro del comité organizador San Mateo Carnavalero.

El objetivo es "celebrar que somos mexicanos, sin importar si eres documentado o indocumentado", dijo a Efe la fundadora de la organización cultural mexicana Centro Monarca, Leticia Roa, vestida con un traje tradicional, bordado y colorido.

La celebración promueve "la convivencia intergeneracional e interracial", enfatizó Roa, mexicana que llegó a EEUU hace más de 30 años y que trabaja por la integración de su comunidad.

En Filadelfia viven oficialmente 25.000 mexicanos, aunque se calcula que son muchos más si se cuenta a los indocumentados, según datos del Centro de Cultura Mexicana.

La mayoría de ellos, unos 18.000, provienen de Puebla, región donde se produjo la histórica batalla que recrea el desfile, en el que danzan agrupados los franceses y los mexicanos.

Con trajes brillantes y pelucas con los colores de su bandera, los mexicanos avanzan liderados por el que fue presidente de México durante la batalla, Benito Juárez, hoy encarnado por Gonzalo Ramírez, de 33 años y de Puebla, que lleva en Filadelfia 16 años.

De la mano de Ramírez va su hijo, de seis años, que hoy quiso vestirse hoy de soldadito francés, pues el carnaval es una fiesta familiar por encima de todo.

Los soldados franceses lucen barba negra, pipa y un alto penacho y, a su lado, los soldados turcos, que acudieron en ayuda de Napoleón III, se distinguen por su turbante.

Pero más allá del orgullo patriótico mexicano, lo importante del carnaval es "la fusión de culturas resultantes tras la batalla", explicó a Efe el presidente de San Mateo Carnavalero, David Piña.

Por eso, Piña, que luce un traje artesano, rico en colores y bordados, se viste del personaje del Zapador, que no integra ninguno de los dos bandos, sino que es "la mezcla de todas las culturas de los soldados que quedaron tras la batalla",

Dentro de cada batallón, "todos bailan igual en apariencia, pero cada uno hace sus pasos", aseguró a Efe otro de los organizadores del Carnaval de Puebla en Filadelfia, Edgar Ramírez.

A pesar de la coordinación del baile, Ramírez asegura que "no ensayan porque no se concibe como un espectáculo sino como una forma de ser, de pensar, de comunidad", que se transmite de padres a hijos por el mero hecho de compartir la experiencia.

Así, lo que comenzó como una celebración primero entre familia y luego entre vecinos, en un barrio de mayoría mexicana en el sur de Filadelfia, la quinta ciudad más grande de EEUU, ahora congrega a mexicanos de todo del país: desde el estado vecino Delaware o Nueva Jersey, en la costa este, hasta California, en la costa oeste.

Y no solo la comunidad mexicana viene a verlo, sino que los propios estadounidenses sienten devoción por este día, más celebrado aquí que el Día de la Independencia de México (16 de septiembre).

Algunos aún confunden el motivo de la celebración y varios locales se vieron sorprendidos hoy por el tumulto mientras tomaban el almuerzo en las terrazas del vecindario: creían que el Cinco de Mayo celebra la independencia y nunca oyeron hablar de un desfile.

"Hice algo de investigación antes de venir, pero no me quedó muy claro", se disculpó Zia Hiltey, filadelfiana de 30 años.

Por eso, el concejal de Filadelfia David Oh, que asistió hoy al desfile, defendió que "necesitamos una ciudad más global, que aprecie a la gente de todo el mundo".

Y hoy se dio un paso adelante en esa dirección, ya que el Ayuntamiento reconoció el valor cultural del Carnaval de Puebla de Filadelfia en una resolución por primera vez redactada en español.

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