Para Enrique Cárdenas Sánchez, director general del Centro de Estudios Económicos Espinosa Yglesias, existe un gran riesgo de que en México se perpetúe la desigualdad social, sobre todo si no se realizan cambios de fondo en materia educativa y se permite que personas de los estratos sociales más bajos puedan acceder más allá de la enseñanza básica.

Al presentar el libro “México, ¿el motor inmóvil?”, expuso que de acuerdo con los resultados obtenidos en el estudio que es la base de este documento el Estado mexicano ha logrado resolver lo relativo a la educación básica, pues la cobertura de personas que pueden estudiar primaria y secundaria es prácticamente universal.

Sin embargo, contrastó, esto no sucede cuando se trata de estudios de preparatoria o universitarios, pues la mayoría de laspersonas con menores posibilidades sociales ven frenadas sus posibilidades de estudiar en estos niveles, contrario a quienes tienen una mejor posición económica.

El libro “México, ¿el motor inmóvil?” es una compilación en la que participaron tres editores: Roberto Vélez Grajales, Juan Enrique Huerta y Raymundo Campos Vázquez, y fue presentado esta noche en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).

El hecho de que se tenga poco o insuficiente cuidado en cuanto a estos temas y los relativos a la alimentación de las madres en estado de embarazo y menores de edad, agregó Cárdenas Sánchez, provoca que la movilidad social sea prácticamente nula en el país y las personas en pobreza, sobre todo extrema, tienen escasas posibilidades de moverse hacia otro estrato social.

Ejemplificó que cuando una persona no logra tener estudios profesionales sino que se dedica a las actividades manuales, como podrían serlo los jornaleros, es sumamente difícil que puedan dejar este trabajo y dedicarse a otra que les permita obtener mayores recursos para sostener a sus familias.

En cuanto a la educación, dijo que en las comunidades marginadas se mantiene la idea de dar preferencia a los varones para que sean ellos quienes estudien y no las mujeres, lo que también es otra causa de marginación.

El director general del CEEY señaló que si bien no todo es responsabilidad del Estado mexicano, sí es tiempo ya de que los distintos sectores sociales se involucren y se encuentren formas de que este tipo de hechos se modifiquen y los mexicanos tengan mayores niveles de bienestar.