En sólo 7 minutos, según la senadora del PT, Layda Sansores, el Senado aprobó la creación de la Secretaria de Cultura.

Con 85 votos a favor, dos abstenciones y dos en contra, fue aprobada en lo general y en lo particular la creación de la dependencia.

Los senadores Layda Sansores y Manuel Bartlet del PT votaron en contra.

La senadora del PT advirtió que el patrimonio cultural corre el riesgo disneylanizarse y de que se le coloque un sello ideológico a la cultura.

“No tienen vergüenza de aprobarla en siete minutos, en fast track”, dijo.

La senadora poblana Blanca Alcalá indicó que se  trata de la mejor decisión para cultura del país.

Aseguró que la creación de la secretaría representa el reconocimiento de que la cultura es una función importante en el país.

Estableció que se avanzará en el derecho a la cultura y que se resolverá la trampa burocrática, como la llamó el secretario de Educación, Javier Lozano, del binomio Cultura-Educación.

“Necesitamos darle fuerza política y voluntad, darle jerarquía, como se da en otros países, y mejorar la interlocución con otras instancias, dijo.

Blanca Alcalá, presidenta de la Comisión de Cultura, dijo que la secretaría debería aprobarse para potenciar los resultados del sector, contribuir a la reconstrucción del tejido social y por el impacto positivo en el producto interno bruto del país.

Precisó que la secretaría garantiza en todos sus términos los derechos de los trabajadores de la cultura y que no representa recursos adicionales al sector, pero que en el futuro deberán ampliar sus recursos.

“Estaremos dando el primer paso de un largo proceso que exige precisión y estaremos en una apuesta por un diálogo enriquecedor”, dijo Alcalá.

El senador panista Javier Lozano dijo que los legisladores sólo habían realizado un ajuste a la administración y reconoció que fue un trabajo conjunto en el que se escuchó a todas las voces.

La senadora del Partido del Trabajo, Layda Sansores, votó en contra de la creación de la Secretaría de Cultura, pues consideró que hay muchas interrogantes.

Estableció que primero se debió haber aprobado una Ley General de Cultura y discutir el presupuesto que se necesitaría.

“Hasta el cambio del logo nos va a costar”, dijo.

Denunció que la reforma anula la autonomía del INAH y del INBA, y que sí podrían ser afectados los trabajadores.

“Mienten a los trabajadores cuando les dicen que no les va a pasar nada”, dijo.

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