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La noche de Ayotzinapa, Aguirre se tardó en reaccionar: Ortega

Había indicios de que las cosas no estaban bien en Iguala y elementos suficientes como para tomar medidas precautorias y no se hizo
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La noche que desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa, el ex gobernador Ángel Aguirre se tardó en reaccionar asegura el gobernador interino Rogelio Ortega.

En una entrevista que le realizó la reportera Olivia Zerón para El Universal, el gobernador  Rogelio Ortega no acusa directamente, pero señala que el tanto el gobierno estatal como el federal no actuaron velozmente, primero para impedir el ataque y luego para frenar los abusos y las desapariciones.

Rogelio Ortega asegura que Ángel Aguirre es uno de los políticos más experimentados. Luego del caso Aguas Blancas, fue gobernador interino tres años y posteriormente fue gobernador por cuatro.

El gobernador Ortega consideró que Ángel Aguirre no aprovechó la oportunidad política que tuvo al frente de la administración de Guerrero.

¿Tuvo responsabilidad política por omisión en la tragedia de Iguala?  —le preguntó la reportera Olivia Zéron al gobernador Rogelio Ortega—.

—Quizá no se dimensionó toda la magnitud y potencialidad que iba a tener ese problema, visto ahora, a la distancia. Ya había indicios de que las cosas no estaban bien en Iguala, había ya elementos suficientes como para tomar medidas precautorias y no se hizo. El caso de acciones con las que se atentó contra la vida de unas personas y de un líder local de Iguala, perredista, que perdió la vida [Francisco López Liborio, dirigente social y líder perredista, asesinado el 10 de junio de 2015].

Del cual también fue señalado, por cierto, el ex alcalde José Luis Abarca...

—Sí, ahí era como para empezar a tomar distancia y tomar medidas. Pero no sólo ahí, en otros municipios más. Se dejó correr, y luego la noche de la tragedia, el 26 y la madrugada del 27 [de septiembre], de inmediato se debió haber intervenido. Se dejaron pasar minutos y horas extraordinarios, que de haber intervenido de manera inmediata quizá se hubiera salvado la vida de las personas y no estaríamos viviendo la incertidumbre de los desaparecidos.

Desde su punto de vista, ¿sí hay una responsabilidad?

—Yo creo que no se actuó con la velocidad que se requería, tanto el gobierno local como el gobierno federal.

¿Qué opina de la llamada “verdad histórica”?

—Yo lo dije siempre: era insuficiente la investigación que se había realizado como para declarar “aquí se cierra la verdad histórica”. Cuando los actores están inconformes, con una pieza que le falte al rompecabezas, no se termina, está incompleto. Por eso considero muy positiva esta segunda reunión que han tenido [los padres de los normalistas] con el presidente Enrique Peña Nieto.

¿Le parece positiva a pesar de que las madres y los padres dijeron que se sintieron decepcionados porque no se tomaban en cuenta los puntos que estaban pidiendo?

—Los procesos de diálogo entre posiciones discrepantes no son fáciles. Pero el hecho de que se realicen es un gran paso. Cuánto hubieran querido los líderes del Movimiento del 68 que el presidente Gustavo Díaz Ordaz se hubiera reunido con ellos por lo menos 10 minutos.

¿Qué hacía el 26 de septiembre, cuando aún era académico y ocurrió la tragedia?

—Estaba preparando un evento para recibir a Elena Poniatowska, le íbamos a entregar el doctorado honoris causa en la Universidad Autónoma de Guerrero. El 27 ya empezó a correr la noticia, se veía que venía una gran explosión. Un año antes, el 2 y el 3 de julio de 2013, el mismo grupo delincuencial llamado Guerreros Unidos, en Cocula, ingresó a los domicilios de varias personas y sustrajo a 17 jóvenes, que se encuentran desaparecidos hasta la fecha. Pero nadie dijo nada (...) Pasó Ayotzinapa, que es un colectivo que concita solidaridad.

Crédito de la foto www.percepcion.com.mx

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