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Pasivos de Pemex y CFE pasan a ser deuda pública

El gobierno federal podrá absorber los pasivos laborales de Pemex sin que eso implique un deterioro en las finanzas públicas
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Los votos de PRI y PAN en la Cámara de Diputados, con los de sus colaboradores de PVEM y Panal, convalidaron la decisión de garantizar el pago de las pensiones de jubilados y pensionados de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en las respectivas leyes de las empresas, que se convertirán en deuda pública una vez que, mañana, se vote la reforma a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

En las atribuciones de sus respectivos directores se definió la negociación de los contratos colectivos de trabajo, que PRI y PAN han propuesto modificar para que absorban parte del pasivo laboral; mientras, en las disposiciones en materia de servicios personales se determinó que para cubrir las pensiones futuras se constituirán ‘‘reservas que garanticen que dichas obligaciones estén en todo momento plenamente financiadas’’.

Asimismo, en los artículos noveno transitorio de la ley de Pemex y décimo de la de CFE la cámara autorizó que la modificación de la naturaleza jurídica de ambas empresas ‘‘no deberá afectar en forma alguna los derechos de sus trabajadores en activo ni los de sus jubilados y pensionados’’.

De acuerdo con una nota del periódico La Jornada, el dictamen fue aprobado con 331 votos en favor, 129 en contra y la abstención de la panista Eufrosina Cruz Mendoza, mientras el PRD ensayó una toma de la tribuna por 10 minutos, para desplegar una manta en la que se leía: ‘‘Gobierno o individuo que entrega los recursos naturales a empresas extranjeras, traiciona a la patria’’. Priístas y panistas negociaron incluir que un testigo social ‘‘podrá’’ participar en la revisión de contratos de Pemex.

El ‘‘régimen de remuneraciones especial’’ de ambas empresas –garantizado en el dictamen–, que ha derivado en el pasivo laboral calculado en 1.3 billones de pesos para Pemex y de 500 mil millones para CFE, fue cuestionado con profusión por PRD, PT y Movimiento Ciudadano, y defendido por PRI y PVEM con el argumento de que debe resolverse ahora un problema causado y no resuelto en sexenios anteriores.

‘‘Evidentemente, cuando no se decidió fondear este pasivo fue porque se utilizaron los recursos para otro tipo de cosas. Fue el problema del Legislativo pasado, y de no tener claridad el Ejecutivo de asumir esta responsabilidad y resolverla de manera inmediata’’, señaló la priísta Irazema González.

En ese tono de la discusión, el vicecoordinador del PRD, Miguel Alonso Raya, expuso que en la reforma energética el gobierno federal ‘‘escondió un muerto putrefacto y ahora quieren que la nación asuma este pasivo, otro rescate’’, y citó que cuando se decidió salvar a los bancos, en el sexenio de Ernesto Zedillo, se presionó a tal grado a los legisladores que ‘‘algunos se enfermaron y otros se fueron al baño para no votar’’.

Ello, en referencia a que el presidente de la mesa directiva en la 57 Legislatura, el ex panista José Paoli Bolio, se ausentó del salón de plenos y al no votar se aprobó convertir en deuda pública el colapso bancario.

Este otro rescate, agregó, se da a pesar de que se ha comprobado el despilfarro de los líderes petroleros y para que el dirigente Carlos Romero Deschamps ‘‘continúe con el derroche del dinero para que su hija viaje en jets privados con sus perritos y su hijo tenga un Ferrari. Estos personajes metieron hasta sus amantes a la nómina para que ahora estén pensionadas con 70 mil pesos. ¡El pueblo de México no puede pagar eso!’’

Tomás Torres (PVEM), quien ha señalado que el pasivo laboral es de $2.1 billones, explicó lo que realmente representa la deuda de pensiones en México: ‘‘Les tengo una noticia, no sólo se va a pagar 9 por ciento del PIB de los trabajadores de Pemex. ¡Va a ser más de ciento por ciento del PIB! Porque no hay un peso para pagar las pensiones en curso de la burocracia nacional, ni las del IMSS. Los sistemas de seguridad social de municipios, estados y universidades ¡están quebrados’’.

El vicecoordinador de Movimiento Ciudadano, Ricardo Mejía, acusó que se trata de un tercer rescate, después del de la banca y el de las carreteras. ‘‘Y ahora está a punto de aprobarse un rescate oprobioso para el pueblo, que ya ha sido bautizado como el Pemexproa, por PRI y PAN que son como un mal matrimonio: se pelean en el día por las gubernaturas y alcaldías, pero duermen juntos por la noche’’, señaló.

Irazema González (PRI) señaló que en su iniciativa de reforma energética, en el cuarto transitorio el PRD planteó asumir el pasivo laboral al incluirlo en el presupuesto de Pemex, y dijo que ‘‘incluso el ingeniero (Cuauhtémoc) Cárdenas lo propuso’’. Sin embargo, Alonso Raya aclaró que el proyecto perredista consideraba que el director de la paraestatal propusiera ‘‘una estrategia para resolver el pasivo laboral’’, pero ello no implicaba –dijo– que se convirtiera en deuda pública.

El panista Rubén Camarillo celebró que con el nuevo estatus de las dos últimas paraestatales de México, ‘‘la hora de la verdad para Pemex y la CFE ¡ha llegado!’’ Ahora, abundó, tendrán que actuar más como empresas que como entidades gubernamentales, con lo que se cumple ‘‘el paradigma de la liberación de los dos gigantes atados a un excesivo control gubernamental’’.

El PRD reiteró que la revancha será en 2015, en las elecciones y en la consulta popular, y el presidente de la Comisión de Gobernación, Alejandro Moreno Cárdenas (PRI), se ufanó: ‘‘Sí, nos vemos en 2015, pero con todo respeto les anticipo que les volveremos a ganar’’.

Durante la madrugada, el diputado Antonio García Conejo (PRD) –quien el pasado 12 de diciembre durante la aprobación de la reforma energética se quedó en trusa– provocó la hilaridad del sector duro de diputadas priístas.

Casi al pie de la tribuna las legisladoras le gritaron ‘‘¡tubo, tubo!’’ El perredista dijo que volvería a desnudarse. ‘‘No me arrepiento. A ustedes les parece un acto ridículo, pero las exhorto ¡a que se quiten la ropa!’’.

Pasivos de Pemex no afectarán fianzas del país

El gobierno federal podrá absorber los pasivos laborales de Petróleos Mexicanos sin que eso implique un deterioro en las finanzas públicas o un aumento en la deuda pública, aseguró el subsecretario de Ingresos en Hacienda, Miguel Messmacher Linartas.

En entrevista con el periódico El Universal, el funcionario manifestó que estos pasivos pensionarios ya formaban parte del sector público, por lo que no implicarán la necesidad de buscar ingresos adicionales para hacerles frente.

Como ejemplo, explicó que si el gobierno federal asume 1% del Producto Interno Bruto (PIB) de los pasivos pensionarios de Pemex, la reforma pensionaria deberá buscar un acuerdo entre los trabajadores y la empresa a fin de que alcance ahorros por el contrato colectivo de 1% similar.

En ese sentido, descartó que se tenga que modificar el Acuerdo de Certidumbre Tributaria, que establece que en lo que resta del sexenio la actual administración federal no realizará ninguna propuesta de impuestos nuevos o tasas diferentes sobre los ya existentes.

“Si se lleva a cabo la operación, no prevemos que se tuviese que hacer ningún tipo de reforma de ajuste al gasto. Lo que se ha llegado a mencionar de que el gobierno pudiera incrementar los impuestos, definitivamente no vemos que sea necesario un escenario como ese.

“De hecho es lo contrario, porque ese pasivo laboral es una obligación pensionaria que hoy en día ya se tiene y que se paga. Es una deuda que aparece en los pagos de pensiones asociados y en el Presupuesto de Egresos de la Federación”, precisó.

Explicó que lo importante de la propuesta, presentada en la Cámara de Diputados, es que irá acompañada de una reforma al sistema de pensiones de la empresa petrolera, lo cual calificó de positiva, dada la necesidad de realizar ajustes en el esquema de contratos colectivos de esas instituciones.

“No es que se asuma una deuda que no se tenía, es un pasivo que ya se tiene, pero que a cambio se tendrá de la mano de una reforma del sistema de pensiones de Pemex que hará que el pasivo se vuelva más pequeño”, indicó.

Miguel Messmacher descartó un efecto negativo en las finanzas públicas, pues aseguró que hoy el nivel de deuda del país es menor al de naciones industrializadas y se mantiene en un nivel “bastante moderado”, lo cual ha sido enfatizado por calificadoras como Moody’s o Standard and Poor’s.

El martes pasado, el analista soberano de Moody’s para México, Mauro Leos, reconoció que el gobierno federal tiene espacio fiscal para asumir los pasivos laborales de Pemex, sin que eso afecte la nota crediticia del país de A3, con perspectiva estable.

Explicó que lo que se pretende realizar al absorber los pasivos laborales de Pemex es tal y como sucedió en su momento con las reformas al ISSSTE y al IMSS, con el fin de sanear su situación financiera.

Sin embargo, recalcó que si no se cumple con la reforma al sistema de pensiones de la empresa petrolera entonces el gobierno no estará facultado para absorber ningún pasivo. “Esa es la primera condición que se debe cumplir”.

Messmacher Linartas consideró que el riesgo verdadero para las finanzas públicas es que no se hubiera tomado ninguna medida sobre este tema, pues de lo contrario los pasivos pudieron seguirse acumulando y entonces sí representar un problema más importante para la estabilidad económica del país.

“Este no es un tema necesariamente de rescate. Podemos ver lo que sucedió en el caso del IMSS o el ISSSTE o incluso ajustes de pensiones que se han hecho en otras partes del mundo, que con el tiempo requieren cambios, así que así debe verse en este tema también”, aseguró.

De esta forma, el subsecretario de Ingresos expuso que se buscará que los trabajadores de la empresa petrolera tengan una pensión digna y adecuada como cualquier jubilado, tal y como se garantizó cuando se realizaron las reformas a las instituciones de salud.

Es una medida injusta pero se debe asumir: analistas

Como injusta, pero necesaria, calificaron analistas la propuesta de que los pasivos pensionarios de Petróleos Mexicanos pasen a manos del gobierno federal.

Sin embargo, advirtieron que lo peligroso ahora es que no sea acompañado de una reforma de fondo en el esquema de contrato colectivo de los trabajadores.

El director general del Instituto Mexicano para la Competitividad, Juan Pardinas, criticó la poca voluntad del gobierno federal por transparentar la discusión sobre la reforma al sistema de pensiones de Pemex a cambio del salvamento.

Dijo que antes de aceptar como buena la propuesta de absorber los pasivos de Pemex, debieron exigir cambios al contrato colectivo.

“Además de injusto y necesario, se puede volver peligroso si no se lleva a cabo una reforma de fondo en el sistema de pensiones de Pemex; veo poca voluntad del gobierno de transparentar la discusión.

“Se habla de un compromiso de reformas las pensiones a cambio de este salvamento financiero, cuando me parece que debió ser al revés. Primero se reforma, y luego, se hace el rescate”, expuso.

En el mismo sentido, el director general de la consultoría Inteligencia Pública, Marco Cancino, consideró esta decisión injusta, pero necesaria. Por un lado le liberan una carga muy onerosa a la petrolera para operar de cara a la reforma energética, pero indicó que debe acompañarse de un esquema agresivo en donde se revise el tema laboral con el sindicato, para evitar que estos pasivos resurjan en el corto y mediano plazos.

“De nada sirve que hoy le suavices la situación financiera a Pemex si en 20 años vuelve a pasar lo mismo”, añadió.

El director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, Héctor Villarreal, explicó que los pasivos laborales que proponen absorba el gobierno ya existían y lo único novedoso es que ahora se reconocen como tales.

“Es una carambola de dos bandas, porque si el gobierno se desiste y no le cubre los pasivos y le deja a Pemex que los resuelva se obliga a que tenga ganancias extraordinarias para cubrir esos miles de millones de pesos.

“Pero si, por el otro lado, se absorben los pasivos y no se hacen cambios al esquema del contrato laboral, entonces las otras empresas que llegarían no tendrían una competencia pareja”, detalló.

Coincidió en que se concluyan con los abusos que existían en esquemas de jubilación de la empresa, pues retiros por 25 años de antigüedad, o 55 años de edad, son de una realidad ajena en esta época.

Para el presidente de la Coparmex, Juan Pablo Castañón, se debe cuidar el proceso de saneamiento tanto de Pemex como de la Comisión Federal de Electricidad.

“Se requiere diseñar un esquema que al consolidar a la deuda pública una parte de los pasivos laborales de Pemex y CFE, use una fórmula ligada al valor agregado fiscal que generará la propia reforma energética. Esto es necesario, para evitar que esa carga recaiga en los contribuyentes”, detalló.

Añadió que el saneamiento de los pasivos sea un evento de una sola exhibición y que no se replique en otras empresas del Estado.

“México no está en condiciones de generar rescates de empresas estatales, sin exigir mecanismos que disciplinen a los rescatados. Debemos tener claridad de los compromisos de la parte laboral para que Pemex y CFE sean empresas productivas y competitivas”, comentó.

El director general para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico, José Luis de la Cruz, expuso que si el gobierno asume una tercera parte de los pasivos laborales de ambas empresas, al emitir deuda para financiarlos, pagaría 40 mil millones de pesos anuales, sólo por intereses.

“Esto implicaría que el gobierno reclamará más ingresos adicionales y se corre el riesgo de que se deba modificar el Acuerdo de Certidumbre Tributaria”, mencionó.

Esta situación podría ser más compleja, en caso de que el gobierno tuviera que asumir la totalidad de los pasivos de las empresas del sector energético y eléctrico.

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