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Desfilan por una hora alumnos y militares para recordar la Batalla de Puebla

  • Patricia Méndez
Ahora no participaron elementos de cuerpos de rescate y los bloques de alumnos fueron reducidos en comparación con años anteriores
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Alrededor de seis mil alumnos de diversas instituciones educativas, personal docente, más de dos mil efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), así como miembros de asociaciones charras de Puebla efectuaron este lunes el tradicional Desfile Conmemorativo del 152 Aniversario de la Batalla del 5 de Mayo, que fue encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto.

El evento se efectuó después del mediodía, aproximadamente a la una de la tarde y tuvo una duración de una hora, aunado a que en esta ocasión no participaron contingentes de elementos de cuerpos de rescate de la entidad y los bloques de alumnos se mostraron reducidos en comparación con años anteriores. 

El desfile

Una vez concluida la Ceremonia Conmemorativa del Aniversario de la gesta heroica y de la toma de protesta de elementos del Servicio Militar Nacional (SMN), que se desarrolló en el Mausoleo del General Ignacio Zaragoza, el jefe del Ejecutivo autorizó el inicio del Desfile Cívico- Militar.

Sentados en la tribuna principal, Peña Nieto, los secretarios del gabinete federal, el gobernador Rafael Moreno Valle, funcionarios estatales, senadores y diputados que lucían acompañados de amigos y familiares, vieron pasar el primer contingente de la formación, el cual estaba conformado por elementos del Ejército Mexicano, que ataviados en trajes de gala portaban la bandera nacional.

La seriedad y el recato que privaron en las tribunas de invitados especiales, contrastaron con la algarabía que al pasar de los militares, mostraron ciudadanos que desde temprana hora, algunos desde la madrugada de este lunes, acudieron a un punto del bulevar 5 de Mayo para apartar un lugar y disfrutar del Desfile.

Cadetes de la Escuela Naval provocaban suspiros por igual entre las asistentes con invitación especial y quienes únicamente dispusieron de uno de los 30 mil lugares en sillería o grada que la administración estatal colocó a lo largo de la vialidad mencionada a fin de observar los contingentes.

Aviones modelos Pilatus PC-7, T-60+ TEXAN III, CASA 295M y SPARTAN C-27J, tanques de guerra, caballería, armamento y uniformes de gala de los miembros de la SEDENA, provocaron asombro entre los asistentes, quienes atónitos observaban diversas acrobacias que cada vehículo practicó.

A los contingentes militares siguieron los grupos de zacapoaxtlas, xochiapulcas y tetelenses, quienes año con año evocan a los poblanos que ayudados de herramientas como machetes y palos, hace 152 años vencieron al Ejército Francés considerado en esa época una de las mejores agrupaciones de su tipo en el mundo.

Después siguieron los contingentes escolares, los cuales, en relación con años anteriores, lucieron reducidos en el número de alumnos que los integraron, aunque previamente el gobierno del estado informó que en el evento participarían más de seis mil educandos.

Las tradicionales bandas de guerra también hicieron su aparición, amenizando a los asistentes con música popular que incluía piezas mexicanas y que tocaban con instrumentos inusuales como “marimbas portátiles”; los integrantes de las mismas sumaron más de 2 mil 700.

Las bastoneras siguieron en la formación, las cuales lucían trajes de gala conformados por faltas cortas, sombreros con plumas y en algunos casos hasta capas, mismas que obligaban a los varones a voltear la mirada.

Un total de 19 carros alegóricos engalanaron los contingentes, los cuales sorprendieron por el uso de sistemas lúdicos que les proporcionaron movimiento que años anteriores no tenían pues estos lucían estáticos.

Los carros mostraron episodios de la historia de México, como la fundación de la ciudad azteca de Tenochtitlán, la Independencia de México, la Revolución Mexicana y el ataque a la casa de los Hermanos Serdán ubicada en el Centro Histórico de Puebla, el Movimiento de Reforma, e incluso la representación del mural “La Catrina” de Diego Rivera y una representación de la producción de autos que Volkswagen (VW) realiza en la entidad.

Finalmente marcharon las asociaciones de tradicionales charros, entre los que figuró el presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinoza Torres.

El presidente y el gobernador

Durante el Desfile, funcionarios federales, estatales, senadores, diputados e invitados especiales veían atentos el diálogo e interacción que el presidente Enrique Peña Nieto, sostenía con el gobernador Rafael Moreno Valle, en su visita a Puebla.

Al inicio de la Ceremonia, Peña Nieto saludó a los funcionarios federales por cargo y nombre, hecho que no ocurrió con el mandatario poblano, pues sólo se refirió a éste como “el gobernador de Puebla”.

Una vez concluido el evento protocolario, como ocurre tradicionalmente, el presidente de la República colocó una ofrenda floral en el Mausoleo del General Ignacio Zaragoza, flanqueado por los secretarios de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), Salvador Cienfuegos Zepeda; y de Marina (SEMAR), Francisco Soberón Sanz.

Sin embargo, una vez colocado el arreglo, el gobernador rompió el protocolo y se acercó a Peña Nieto para mostrarle detalles del Mausoleo y de la Fuente que lo alberga, posteriormente, caminó junto al jefe del Ejecutivo hasta que este llegó hasta el presídium, intercalándose entre los funcionarios federales.

Concluido el evento, termina la formalidad

Una vez concluida la marcha, el presidente de la República abandonó el lugar en medio del convoy que caracteriza al jefe del Ejecutivo, mientras invitados especiales descendían de las tribunas a fin de abordar las unidades para retirarse del lugar.

Desorganización privó entre las unidades  que trasladarían a los invitados, quienes desde senadores, diputados, funcionarios estatales, e incluso los padres del gobernador del estado, tuvieron que pasar las peripecias de esperar a los vehículos.

Mientras tanto, cientos de personas y vendedores informales convirtieron el bulevar 5 de Mayo en un “festín ambulante”, pues lo mismo se podía encontrar antojitos como chalupas, molotes, tacos, camarones, elotes y hasta mole, que artículos como discos, lentes, gorras y ropa.

La formalidad también abandonó a los miembros del Ejército, pues una vez concluida la marcha disfrutaron sin recato de una torta y una botella de agua que les fue proporcionada por las autoridades responsables del evento.

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