• Sociedad

Presentan en templo de Analco la XXIII Procesión de Viernes Santo

  • Jaime Zambrano
Bajo el influjo de las Leyes de Reforma fue suspendida en 1856 y se retomó hasta 1992
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La XXIII Procesión de Viernes Santo de Puebla, calificada como la más piadosa y religiosa del país porque concentra al mayor número de fieles, 150 mil, participando en un mismo momento en un acto religioso, fue presentada este martes en el templo de Analco.

Gustavo Díaz Varela, presidente del comité organizador de la Procesión de Viernes Santo, destacó que el acto religioso es el más grande del país porque la mayoría de los asistentes participan en las reflexiones, oraciones y cantos que se realizan a lo largo del camino.

Eduardo Merlo Juárez, investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), destacó que la Procesión del Silencio de San Luis Potosí tiene miles de asistentes, sin embargo, muchos son observadores, a diferencia de la de Puebla en la que los católicos acompañan a sus imágenes.

“En este 2014, en Puebla, se celebra el XXII Aniversario del rescate de la procesión que se hacía desde la época intermedia posterior a la fundación de nuestra bella ciudad y que, bajo el influjo de las Leyes de Reforma, fue suspendida en el año 1856, volviéndose a retomar hasta el año 1992 como el renacimiento de una de las más ricas tradiciones poblanas”, destacó Merlo Juárez.

Díaz Varela agregó que las cinco imágenes que saldrán a las calles el próximo viernes 18 de abril son: La Virgen de la Soledad, imagen que encabeza el cotejo; le seguirá el Jesús de las Tres Caídas, de la parroquia de Analco; imagen que este año es difundida en diferentes carteles; la Virgen de los Dolores, del templo de El Carmen; Jesús Nazareno, de la parroquia de San José; y el Señor de las Maravillas, del templo de Santa Mónica, que representa las tres caídas de Jesús.

“La procesión de Viernes Santo, que representa al caminar del pueblo de Dios en torno a su pastor, a diferencia de las procesiones del silencio, se caracteriza por la manifestación viva de los porteadores, el olor del incienso, los tamborileros que van marcando el paso, la música solemne de las bandas, los cantadores que desde los balcones acompañan la procesión, los niños vestidos de angelitos que portan los signos de la pasión, los estandartes de los grupos de apostolado y los cantos y los rezos de los feligreses”, comentó Díaz Varela.

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