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Festeja el Revolucionario Institucional su aniversario 85

El Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Pablo Fernández del Campo, aseguró que es tiempo de sumar, no de restar
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“Hoy es tiempo de sumar, no de restar; es tiempo de ensanchar cauces, no de cerrarlos; es tiempo de ganar adhesiones y multiplicar oportunidades”, aseveró el Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Pablo Fernández del Campo Espinosa, al encabezar la celebración por el 85 aniversario del partido.

Como hace 85 años —recalcó el diputado—, hoy los priistas debemos estar unidos en nuestras convicciones y nuestros principios, pero sobre todo en la determinación de mantenernos a la vanguardia en la construcción de una estabilidad política para México.

Ante diputados locales, regidores y miembros destacados del Revolucionario Institucional, Fernández del Campo recordó que allí están el origen y el sentido del partido, sus banderas más admirables y orgullosas, así como el horizonte transformador emprendido por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

“Unidos en un mismo objetivo podemos salir victoriosos, porque una nueva historia de éxito para Puebla se empieza a construir hoy con la sumatoria de los liderazgos que se han comprometido con el reencuentro del partido para alcanzar los próximos triunfos electorales”, aseguró el Presidente del PRI Estatal.

En el evento de aniversario se entregaron reconocimientos a militantes poblanos distinguidos por su trayectoria y aportaciones a la lucha partidista.

Tras recibir el primer galardón de la ceremonia, el de Mérito Republicano, Marco Antonio Rojas Flores rememoró la historia del PRI, al tiempo de señalar que sus militantes “sabemos ponernos de acuerdo y anteponer el interés superior por encima de las particularidades”.

Asimismo, otros priistas distinguidos que recibieron galardón esta mañana son: Guadalupe López Bretón, por el Mérito Legislativo; Rodolfo Sánchez Cruz, por el Mérito Revolucionario; Ramón Blanca García, por el Mérito de Lealtad; Héctor Jiménez y Meneses, por el Mérito Democrático, y Miguel Quiroz Pérez, por el Mérito al Trabajo Partidario.

Finalmente, fueron premiados Marco Garita Alonso, por el Mérito Comerciante; Miguel Contreras López, por el Mérito a la Difusión y Capacitación Política; Ernesto Leyva Córdoba, por el Mérito de Apoyo a Migrantes; Adoración Youshimatz Morales, por el Mérito a la Lucha Juvenil Priista; Miguel González Abad, por el Mérito Académico, y Francisco Adame Díaz, por el Mérito Vanguardista.

A continuación reproducimos el mensaje del Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Pablo Fernández del Campo Espinosa:

Compañeras y compañeros:

A lo largo de 85 años, el Partido Revolucionario Institucional se ha erigido como una institución democrática que construye proyectos y que responde sin cortapisas a las demandas de la sociedad.

Una institución que ha sabido conciliar los equilibrios, condensar la solidez con el dinamismo y defender sus principios con determinación.

Pero en especial una institución con visión de futuro y dispuesta a escuchar e incluir todas las voces para pulsar de manera permanente el sentimiento de su militancia.

Hoy que el destino de nuestro país tiene rumbo bajo el mando de nuestro Presidente Enrique Peña Nieto, debemos mantener la confianza de un mejor mañana para todos los mexicanos y de un mejor escenario para nosotros los priístas.

Nuestra obligación como integrantes de esta institución es apoyarlo de manera incondicional y  contribuir para que entregue resultados palpables.

La tarea no es sencilla.

Los priístas debemos, para empezar, incitar al ejercicio de las libertades, sacudir conciencias y establecer equilibrios democráticos hacia dentro y hacia afuera.

A 85 años de distancia, en el PRI tenemos la tarea de integrar dinámicamente las nuevas fuerzas y las nuevas realidades de la sociedad mexicana.

Pero también tenemos la responsabilidad de  consolidar la representación de nuestra militancia, defender sus legítimos intereses y promover sus aspiraciones.

Nuestra respuesta debe estar en el debate riguroso y constructivo, en aprovechar los espacios que nos pertenecen  para defender y promover nuestras ideas, nuestras propuestas y nuestros logros.

En Puebla, es cierto, somos oposición, y como tal debemos comportarnos.

Debemos revisar con rigor crítico excesos y desaciertos.

Pero también necesitamos aprender y corregir para avanzar.

No es propósito del PRI ponerle el pie al de enfrente, pero sí convertirse en un contrapeso político inteligente, maduro y sensible.

A los priístas nos debe identificar no sólo su escudo y sus colores, sino su ideario, y como tal requerimos lealtad para salir adelante.

Esa identificación nos obliga a honrar lo que hacemos desde nuestras diferentes trincheras, desde las presidencias municipales y el Congreso.

A nosotros como partido nos toca respetar el anhelo de su militancia, asegurar su capacidad de competencia política y apoyar el avance democrático de México.

Nuestro trabajo es renovar la unidad del partido porque los priistas queremos prevalecer y vencer en la democracia plena.

La unidad va más allá de reunir personas que en apariencia persiguen un mismo objetivo.

Para alcanzarla es indispensable despojarla de los velos que la ocultan. Son algunos de ellos la envidia, la ironía, la desconfianza, el rechazo y los celos.

Por ello, si somos capaces de reconocer en el otro sus talentos, también seremos capaces de tejer lazos indisolubles de unidad.

Sólo entonces, en la aceptación y admiración mutuas, se cruzará el camino que ha de llevarnos a la consolidación de los sueños compartidos.

Señoras y señores:

Frente a la nueva competencia política necesitamos ser más audaces y más comprometidos.

No es la etapa del reclamo por las oportunidades hipotéticamente merecidas, tampoco del arribismo, el chantaje político o la simulación.

La ambición de parecer, de simular, es una ambición de quinta categoría.

Lo que nos corresponde es actuar desinteresadamente para fortalecer al partido y para colocarlo en posición de victoria.

Para avanzar hacia ese propósito común cada quien debe cumplir su parte.

Cada priista debe tomar parte en el debate interno, en el análisis objetivo, en la reflexión comprometida, en las tareas que nos aguardan.

Reconozcamos de una vez por todas que las cuotas de poder corresponden a un pasado político que ya no podemos ni estamos dispuestos a pagar.

Para ser firmemente progresista en un sentido moderno, nuestro partido debe ser, ahora más que nunca, una organización abierta, incluyente, competitiva, flexible y participativa.

Nuestro partido debe ser abierto para incorporar las nuevas demandas, los planteamientos inéditos y los nuevos segmentos que genera el propio desarrollo social.

En suma, nuestro partido debe ser incluyente para sumar toda voz constructiva, asegurar un sitio, una voz, una función legítima a todos los liderazgos, las aspiraciones y las solidaridades.

Hoy es tiempo de sumar, no de restar; es tiempo de ensanchar cauces, no de cerrarlos; es tiempo de ganar adhesiones y multiplicar oportunidades, no de segregarlas ni reducirlas.

Tenemos mucho que hacer, pues perseguimos un enorme propósito: que nuestro partido sea del pueblo unido y organizado, como lo ha sido históricamente de Puebla.

Como dijo Reyes Heroles: “Para cumplir nuestras tareas todo nos podrá faltar, menos esperanzas”.

Estamos obligados a emprender numerosas acciones pero con realismo, sin el enervante pesimismo ni el ingenuo optimismo.

Hoy, como hace 85 años, los priístas debemos estar unidos en nuestras convicciones y nuestros principios, pero sobre todo en la determinación de mantenernos a la vanguardia en la construcción de una estabilidad política para México.

Quien esté auténticamente comprometido con la preeminencia de una nueva ética política y partidista sabe que esa ética debe ejemplificarse trabajando por el partido.

Para mirar mejor hacia el futuro, repasemos con cuidado y objetividad el pasado. Ese pasado del que debemos sentirnos orgullosos.

Ese pasado de un PRI que ha sido el constructor de las instituciones que sentaron las bases del México moderno.

En él encontraremos las raíces vigorosas de nuestras fortalezas y también encontraremos las causas de nuestros retos más importantes.

Sé que juntos lo podemos hacer, porque el PRI como partido, y cada priista como ciudadano, sabrá renovar el compromiso histórico con la democracia y con las causas populares.

Allí están el origen y el sentido de nuestro partido, allí están sus banderas más admirables y orgullosas, allí está también el horizonte transformador emprendido por el Presidente Enrique Peña Nieto.

Unidos en un mismo objetivo podemos salir victoriosos, porque una nueva historia de éxito para Puebla se empieza a construir hoy con la sumatoria de los liderazgos que se han comprometido con el reencuentro del partido para alcanzar los próximos triunfos electorales.

Con decisión, audacia y cautela, con un optimismo saludable iniciemos esta etapa en la vida de nuestro partido.

Sabemos ponernos de acuerdo, sabemos anteponer el interés superior por encima de las particularidades.

Hagámoslo por el bien de Puebla, hagámoslo por  el orgullo de ser priístas, pero sobre todo hagámoslo por el bien de la sociedad.

¡Que viva el PRI!

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