• Economía

Falla estrategia de combate a la pobreza, subsidios llegan a ricos: CEEY

  • Gerardo Rojas González
La principal causa del fracaso, señaló Enrique Cárdenas Sánchez, director del organismo
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Las políticas públicas de combate a la pobreza han fallado, ya que los subsidios están llegando a los más ricos, quienes en promedio reciben 20 mil pesos de subsidio al año por parte del estado, mientras que los más pobres alcanzan apenas entre 5 y 6 mil pesos.

A decir de Enrique Cárdenas Sánchez, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), el problema principal es que no existe crecimiento económico y por ello es muy difícil abatir la pobreza. Sin una mejor economía, aunque un ciudadano cuente con altos niveles educativos, no tendrá oportunidades laborales y será muy complicado que tenga una movilidad social, enfatizó.

En una reunión celebrada en la Ibero Puebla, Cárdenas Sánchez explicó que la movilidad social en México es casi nula, ya que el 70 por ciento de los pobres extremos se mantienen en esa posición a lo largo de su vida y sólo uno de cada 20 de sus hijos podrá llegar a la instrucción superior.

La desigualdad social se debe en en gran medida a que los distintos gobiernos y organizaciones no han hecho su trabajo de manera correcta. Por ello, planteó que el Banco de México, la Secretaría  de Hacienda, la Iniciativa Privada, así como las Instituciones Financieras, deben coordinarse si de verdad se intenta mejorar el entorno económico.

Los apoyos deben llegar a los más pobres 

Para el CEEY lo primordial es que existan diversas reformas, como una transformación a la hacienda pública, la eliminación de los privilegios en el Impuesto Sobre la Renta (ISR), el IVA generalizado y quitar el subsidio a los energéticos.

“Se tiene que ampliar el cobro de impuestos… Se necesitan recursos para solventar la propuesta, así como atender otras necesidades de la Hacienda Pública”, dijo Enrique Cárdenas Sánchez. Con ello, se podría financiar un sistema de protección social universal para las clases más desprotegidas, así como sistemas de pensiones populares.

"Si existe un cambio en el esquema de esa naturaleza, se mejoraría sobre todo los primeros tres deciles, es decir el primer 30 por ciento de la población más pobre", detalló el director del CEEY.

Entre las reformas indispensables, se debe apoyar la generación de empleo con la disminución de las cuotas obrero-patronal del seguro social, de modo que no le cueste a las industrias contratar mucho más a una persona.

El ex rector de la UDLAP señaló que eso significaría redistribuir del sector que recibe más subsidios a la gente que recibe menos apoyo, con lo que se levantaría la línea de pobreza al grado de duplicar el ingreso del primer de la población más pobre.

Con estas acciones prácticamente toda la población estaría por encima de la línea de pobreza extrema y, en pocas palabras, el país dejaría de tener pobres, concluyó.

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