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Quemó pinturas de Picasso, Matisse y Monet que su hijo había robado

  • Rolando Lino y Yazmin Evia
Admiradores y artistas lamentan la perdida de estas irrecuperables pinturas.
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Los siete cuadros de grandes artistas –como Picasso, Matisse y Monet- que fueron robados del Museo Kunsthal de Rotterdam en 2012; muy probablemente terminaron reducidos a cenizas. El famoso “Robo de los Siete” ha dejado lo que quizá algún día llegue a ser un excelente guión cinematográfico, con un trágico final.

A pesar de que los artífices del robo –de origen rumano- fueron localizados; la madre de uno de ellos ha asegurado que prendió fuego a las obras de los seis grandes maestros, para que no pudieran ser encontradas.

Admiradores y artistas lamentan la perdida de estas irrecuperables pinturas. Si se confirma la destrucción,  es muy probable que la mujer sea acusada también de Crímenes Contra la Humanidad; según han explicado las autoridades rumanas.

El robo se produjo el 16 de octubre de 2012, durante una exposición celebrada con motivo del 20 aniversario del Museo Kunsthal. Se exponía la colección Tritón que consta de 150 obras, propiedad del fallecido magnate holandés Willem Cordia y su esposa Marijke van der Laan.

La colección Tritón fue mostrada al público en general por primera vez (y quizá por última) en los días del robo. Las obras que fueron sustraídas –si es que no fueron incineradas- podrían cotizarse en el mercado negro en 24 y hasta en 370 millones de dólares.

Un robo “casi” perfecto

El sistema de alarma del Kunsthal se disparó poco después de las tres de la mañana. Cuando los oficiales arribaron al museo simplemente vieron que las pinturas faltaban: según relató el vocero de la policía de Rotterdam, Roland Ekkers.

Prácticamente no se supo más hasta el 21 de enero de este año, cuando detuvieron a tres sospechosos de haber participado en el robo. Fueron identificados tras analizar las imágenes captadas por cámaras de seguridad del museo y sus alrededores.

Asimismo, el pasado 4 de marzo una joven rumana de 19 años fue detenida en Rotterdam. Los investigadores creen que ella escondió las pinturas en su apartamento, durante las primeras horas posteriores al robo. La policía holandesa explicó que poco después, los cuadros fueron sacados del país con destino a Rumanía.

¿Obras incineradas?

Olga Dogaru confesó que la banda en que participaba su hijo no pudo vender las obras a la mafia rusa, debido a que eran fácilmente identificables. Por ello deseaban desaparecerlas. Ella les ayudó primero, enterrando las telas en el cementerio del pueblo de Caracliu (este de Rumania). No obstante, cuando sintió que la policía estaba cercándolos decidió destruirlas con fuego. “Prendieron enseguida y se quemaron del todo”, declaró Dogaru.

“Primero preparé el fuego en la chimenea de mi cuarto de baño. Luego fui hasta el cementerio y desenterré los cuadros, y los llevé a mi casa. Metí la bolsa en las que estaban las siete pinturas en la chimenea; puse madera, zapatos, botas de goma y esperé a que se quemaran por completo”, explicó la mujer. Actuó así para que “los lienzos nunca se encontraran, no hubiera pruebas y los acusados no fueran condenados”, explicó.

Estatus actual: Perdidas

Un grupo de especialistas de Rumania ha encontrado rastros de pintura y de lienzo en el horno de Dogaru. No obstante, aún queda la esperanza de que todo sea una coartada; ya que tres de los rumanos detenidos quieren que se les juzgue en Holanda, advirtiendo que de otra forma las obras jamás serán recuperadas. También hay quienes creen que estos ladrones afirman que las pinturas siguen existiendo, sólo para que los trasladen a territorio neerlandés.

La Fundación Tritón dice que las pinturas no pueden ser vendidas, dado que su catálogo es reconocido. Sin embargo, la policía especializada asegura que este año ellos mismos intentaron vender una obra en Bucarest (Rumania) mediante un agente encubierto. Sin embargo, en el último minuto el comprador desapareció. Eso prueba que una operación de este tipo, es posible.

Ocho meses después del robo las piezas siguen desaparecidas, y la forma en que fueron sustraídas se mantiene como un misterio. Para Ton Cremers, experto en seguridad especializado en museos, es probable que las obras nunca lleguen a ser recuperadas. Y puso un ejemplo: en 2002, dos pinturas de Van Gogh fueron robadas de un museo; dos ladrones fueron juzgados y encarcelados, pero las obras hasta ahora no han aparecido.

Como las investigaciones todavía no concluyen, las obras robadas todavía aparecen catalogadas  con “paradero desconocido” y no como “destruidas”. El botín de incalculable valor incluye:

“Cabeza de Arlequín” (1971), de Picasso

“La Lectora en Blanco y Amarillo” (1919), de Henri Matisse

“El Puente de Waterloo” y “El Puente de Charing Cross” (ambas de 1910), de Claude Monet

“Mujer Ante una Ventana Abierta”, de Paul Gauguin (1888)

“Autorretrato” (1889-1891), de Meyer de Haan

“Mujer con los Ojos Cerrados” (2002), de Lucian Freud

(Twitter: @rolandolino)

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