• Cultura

Hoy hace 50 años. Rayuela

  • José Alberto Vázquez Benítez
“¡Sos grande Julio”!
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"Antes de irme a Italia, termine de corregir las últimas pruebas de mi novela, y las envié al editor (Jean Barnabé). Si han llegado sanas y salvas, el libro aparecerá a mediados de Julio..." Rayuela salió de la imprenta el 26 de junio de 1963. Hoy al cumplir 50 años la novela que conmocionó el panorama literario y dio lugar al reconocimiento mundial del narrador argentino fue editada por Sud americana con una portada con el dibujo del juego infantil conocido con ese nombre, le recordamos con estos textos:

En su carta al editor, el gran cronopio continúa diciendo:

"...En Rayuela he roto tal cantidad de diques, de puertas, me he hecho pedazos a mí mismo de tantas y tan variadas maneras, que por lo que a mi persona se refiere ya no me importaría morirme ahora mismo. Sé que dentro de unos meses pensaré que todavía me quedan otros libros por escribir, pero hoy que todavía estoy en la atmósfera de Rayuela tengo la impresión de haber ido hasta el límite de mí mismo, y que sería incapaz de ir más allá. Espero que las innovaciones <técnicas> de la novela no le molesten; no tardará usted en adivinar (aparte de que hay fragmentos que lo explican muy claramente) que esos aparentes caprichos tienen por objeto exasperar al lector y convertirlo en una especie de <frère ennemi>, un cómplice un colaborador de la obra. Estoy harto de que un personaje de mi libro llama <el lector hembra>, ese señor o señora que compra los libros con la misma actitud con que contratara a un sirviente o se sienta en la platea de un teatro para que lo diviertan o lo sirvan. Lo malo de la novela tradicional es eso, que en pocas páginas crea una atmósfera que envuelve, acaricia, seduce al lector y éste se deja transportar por 300 páginas y 8 horas, sentado en una nube (rosada o negra, según los casos) hasta llegar a la palabra FIN que es una especie de Orly de la literatura. He querido escribir un libro que se pueda leer de dos maneras: como le gusta al lector hembra, y como me gusta a mí, lápiz en mano, peleándome con el autor, mandándolo al diablo o abrazándolo..."

De los métodos innovadores del gran Julio, aparte de la creación de Rayula y de invención de nuevas palabras adjetivizantes como los inolvidables "cronopios" - que él siempre lo fue -,  y los "famas" - que él nunca quiso ser -; ésta, decía el manejar magistralmente los endecasílabos y vivir eternamente concibiendo nuevas formas de decir las cosas, como bien lo logra en Rayuela, va de muestra:

"Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encresionaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinon..."

Rayuela está cumpliendo años, sí, pero su relectura nos comprueba la actualidad de lo escrito por Cortazar, hace cinco décadas:

“Suelo empezar yo, acordándome con desprecio de mi antiguo culto ciego a los amigos, de lealtades mal entendidas y peor pagadas, de estandartes llevados con una humilde obstinación a las ferias políticas, a las palestras intelectuales, a los amores fervorosos”

La Maga, es sin duda su máxima creación y la poesía que ella inspiro al escritor argentino de expresivos ojos que la naturaleza puso en su rostro, muy separados el uno del otro, pero que así le permitieron escribir cosas como muy al inicio del singular libro en el capítulo 7, que es apenas el tercero siguiendo la guía sugerida por el autor de saltar capítulos, como en el juego infantil Rayuela, el lector queda cautivado por una poesía que sale de lo que hasta entonces se había escrito:

“Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano. Como si por primera vez tu boca se entreabriera y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja”:

Aquí unos fragmentos, para invitar al lector, a que sí ya leyó Rayuela  releerla y si no la hecho, a iniciar su lectura.

"Así habían empezado a andar por un París fabuloso, dejándose llevar por los signos de la noche, acatando itinerarios nacidos de una frase de Clochard, de una buhardilla iluminada en el fondo de una calle negra, deteniéndose en las placitas confidenciales para besarse en los bancos o mirar las rayuelas, los ritos infantiles del guijarro y el salto sobre un pie para entrar en el cielo".

"La Maga había aparecido una tarde en la rue du Cherche-Midi, cuando subía a mi pieza de la rue de la Tombe Issore traía siempre una flor, una tarjeta, Klee o Miró, y si no tenía dinero elegía una hoja de plátano en el parque [...] No estábamos enamorados, hacíamos el amor con un virtuosismo desapegado y crítico, pero después caíamos en silencios terribles y la espuma de los vasos de cerveza se iba poniendo como estopa, se entibiaba y contraía mientras nos mirábamos y sentíamos que eso era el tiempo".

A cincuenta años de la salida de prensa de su gran novela, no queda más que saludar a Cortázar muy a su estilo de gran cronopio: “¡Sos grande Julio”!

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