¿A quién le temía Martha Erika?

  • Pablo Rangel Sarrelangue
El gobierno federal ha propiciado con su silencio la proliferación de rumores.

Tras las revelaciones que poco revelan en relación a los temores previos a la muerte de la ex gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo, siguen simplemente evidenciándose una serie de temores que en su momento nadie consideró y que ella optó por callar.

Como este confuso juego de palabras, prevalecen aseveraciones de referencias, rumores, inventivas y desde luego, las verdades a medias en relación a la identificación no probada científicamente de quienes eran las personas que el lunes veinticuatro de diciembre de 2018 viajaban en el helicóptero Augusta A109S, según se dijo de la ciudad de Puebla a la ciudad de México.

Como si alguien se viera beneficiado al no conocerse la verdad del acontecimiento que cito en líneas anteriores, como si las autoridades encargadas de la investigación fuesen cómplices de ese alguien y como si los poblanos no estuviesen en su derecho a conocer la verdad histórica.

La voz del pueblo, esa que dice el primer mandatario que no se equivoca, se mantiene firme en su hipótesis del no fallecimiento del matrimonio Moreno Valle-Alonso; ello bajo la apreciación de falta de identificación científica de los cadáveres y por la premura que se dio a las exequias, por la coyuntura electoral; y es que, si se ha determinado que la caída de la aeronave no fue por evento mecánico, es obvio que el gobierno está obligado a asumir un compromiso de investigación y hasta la fecha solo sobresalen rumores y conjeturas.

Es decir, el gobierno federal no ha determinado en primer término si atrajo la investigación que inicialmente se dejó en manos de la fiscalía del estado a quien le correspondió elaborar las diligencias de identificación de los cadáveres mediante pruebas de ADN, debido a la mecánica del evento. Así pues, el gobierno federal ha propiciado con su silencio la proliferación de rumores que en nada contribuyen a la reconciliación del estado, por cierto, reconciliación esta de la que tanto se habló en campaña.

Resultó del dominio público que el matrimonio Moreno Valle-Alonso, no era precisamente un matrimonio común, por el contrario, sus colaboradores afirmaban constantemente que no evidenciaban un profundo amor en la pareja y que realmente los unían una serie de pactos y compromisos lo cual quedaba propiamente de manifiesto en su vida pública.

Lo publicado por el bien informado Rodolfo Ruiz, en su columna la Corte de los Milagros, proviene de manifestaciones expresas del hermano de Martha Erika, quien se advierte no duda de la defunción de su hermana, pero además se ciñe a referirse exclusivamente a esta y al temor que pareciera le representaba a Martha Erika, asumir la gubernatura del estado.

Es decir, previa su defunción Martha Erika, sabía que esta podía acontecer y si ello fue así, por que no lo denuncio, si tenía la opción de hacerlo ante su propio gabinete o; ¿es que acaso no confiaba en su gabinete?, ¿acaso su gabinete le fue impuesto?, ¿será que acaso Martha Erika no confiaba realmente en Rodríguez Almeida?, ¿acaso tampoco confiaba en el Fiscal General del estado? .

El circulo de verdaderos amigos de Martha Erika, era realmente selecto y claro me queda, que a este círculo no pertenecía Rodríguez Almeida, de quien nunca requirió apoyo de seguridad o algo parecido pues la ex gobernadora no era precisamente la mandataria que se rodeara de personal de seguridad en forma extrema, por el contrario, solía ser bastante discreta en este sentido.

No existe duda que Martha Erika, estaba reticente de asumir la gubernatura del estado, debido quizá al clima político que imperaba en ese momento y ello se refleja en las impresiones fotográficas tomadas al rendir protesta ante los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, donde se le advierte un rostro desencajado, abrumado y en suma temeroso.

La realidad es que la única familia que se ha pronunciado en relación al “accidente”, ha sido la familia de la ex mandataria, lo anterior habrá que decirlo, siempre de manera escueta y al parecer también con ciertos temores, ello quizá bajo el ánimo de no entorpecer las “investigaciones”.

El silencio de las autoridades no contribuye a un clima de tranquilidad en los ámbitos político-social; no obstante, cuando las autoridades se pronuncien deberá ser sin fines políticos por que la sociedad tiene el inalienable derecho de conocer la verdad.

Ciertamente, existen molestias en torno al verdadero círculo de amigos y amigas de Martha Erika, ello por cuanto a lo que se publique respecto del evento en que perdiera la vida la ex gobernadora, sin embargo, no hay que olvidar que se trató de ex figuras públicas que en su momento representaron a un estado, luego entonces, bajo los nuevos paradigmas de hacer gobierno en donde la nueva doctrina marca no mentir, no robar y no traicionar los poblanos siguen en espera de que se cumpla cabalmente con estas premisas.

juridico_rangel@hotmail.com

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Pablo Rangel Sarrelangue

Abogado por la Benemerita Universidad Autonoma de Puebla, Maestro en Derecho Penal por la Universidad Autonoma de Tlaxcala, Ex-Secretario de Juzgado de  Distrito de Tribunal Colegiado y Tribunal Unitario en el Poder Judicial de la Federacion