¿Podría ganar Cárdenas sin partido?

Jorge Rodríguez/A puerta cerrada/El Sol de Puebla
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Jorge Rodríguez/A puerta cerrada/El Sol de Puebla

Enrique Cárdenas Sánchez representaba un perfil inusitado para participar en una elección de gobernador.

Que el académico prestigioso, crítico y en apariencia intachable se encontrara en la antesala de una candidatura para competir por ese cargo de elección popular resultó refrescante en un sistema que se recicla cada tres o seis años para quedar exactamente igual: bajo el control de los políticos profesionales.

Por eso, la sola mención del ex rector de la UDLAP y ex director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias como presunto candidato de Morena provocó tan altas expectativas como decepciones generó su derrota frente al senador Luis Miguel Barbosa Huerta.

En un momento de la contienda interna, hasta antes de que Morena anunciara a Barbosa como su coordinador de organización estatal, Cárdenas Sánchez asumió que era el virtual candidato y se vio con enormes posibilidades de ganar la elección y arribar a Casa Puebla tras la salida de José Antonio Gali Fayad.

Tal fue el arrastre del economista en algunos sectores sociales que tardó en procesar lo que había ocurrido.

Evidenciado por sus propias declaraciones, como exigir la presentación pública de la encuesta que dio por ganador al senador ex perredista, Cárdenas reprobó el supuesto viraje de Andrés Manuel López Obrador y usó una descalificación contundente:

“Morena”, acusó, “perdió la oportunidad de llevar a un verdadero ciudadano como candidato a gobernador”.

El pronunciamiento mostraba a un aspirante lastimado que almacenaba las más optimistas previsiones para sí mismo.

Eso era comprensible.

Enrique Cárdenas, como candidato de Morena, era una carta que políticos, analistas, empresarios y líderes sociales querían mirar.

La mezcla del personaje con el partido prometía un papel relevante para el proceso electoral de 2018.

Cárdenas con Morena pronosticaba un frente competitivo, un rival en forma para disputarle al PAN del morenogalismo y al PRI de Enrique Peña Nieto la gubernatura del estado.

Pero una cosa era el académico en el partido del ‘Peje’ y otra el mismo académico por su cuenta.

Competir por la vía independiente podría representar el fin de su incipiente carrera política.

Parece que el ex rector de la UDLAP ha sido convencido por Gabriel Hinojosa Rivero y otros empresarios para buscar Casa Puebla aun sin partido de por medio.

Si lo hace, si en primera instancia consigue las más de 100 mil firmas que le exige la autoridad electoral, irá a una guerra que muy (pero muy) difícilmente podrá ganar.

¿De dónde sacará estructura, organización, experiencia, conocimiento y, muy por encima de los anteriores, financiamiento?

Sin partido político que lo respalde, sin Morena, necesitará de la suma de todos esos factores para ir a una competencia más o menos seria.

Hinojosa es un hombre bienintencionado, pero nada más.

Lo mismo que muchos de los personajes que abundan en la extrema derecha.

Cárdenas tendría que pensarlo dos, tres o hasta cuatro veces antes de lanzarse a la aventura.

Quizá tomar el ofrecimiento de López Obrador para incorporarse a su gabinete, en el supuesto de que gane la elección presidencial, le resulte mejor al ex rector que ir al matadero, más lento para avanzar en política y conseguir los objetivos personales que se ha trazado, sí, pero más efectivo.

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