Gali y Agüera van por votantes críticos e informados

Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente
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En 2010 los entonces candidatos opositores a la gubernatura del estado y la alcaldía de Pueblas, Rafael Moreno Valle Rosas y Eduardo Rivera Pérez, respectivamente, lograron acaparar el llamado voto switcher o verde, que se estima que es de unos 150 mil electores de la capital. Ahora, 3 años más tarde, el abanderado de la coalición Puebla Unida, Antonio Gali Fayad, pese a que es apoyado por las mismas fuerzas políticas, no ha logrado con éxito entrar en ese segmento de ciudadanos, siendo esa la razón por la cual le está apostando como último recurso a un debate que esté a modo.

Al voto switcher por lo general pertenecen ciudadanos bien informados, críticos, que en su mayoría son antipriistas y antipanistas, y el grueso prefieren abstenerse de ir a las urnas, en lugar de apoyar a un partido. Sin embargo, hace tres años este sector se identificó con Rafael Moreno Valle por ser un personaje diferente a los panistas tradicionales y ser un opositor al entonces mandatario Mario Marín Torres. Ahora el grueso de esos mismos electores se sienten decepcionados del titular del Poder Ejecutivo.

Y es que el gobierno de Moreno Valle Rosas no cumplió con las transformaciones políticas que se ofrecieron en la campaña de 2010, ni tampoco se frenaron los abusos que antes eran solamente característicos de gobiernos priistas. En ese sentido se ve a Antonio Gali como una prolongación del grupo en el poder que decepcionó las esperanzas de cambio que hubo en el proceso electoral de hace tres años. 

Ante esa circunstancia, Gali necesita urgentemente recuperar mucho de ese voto switcher ante el escenario de que habrá un resultado cerrado frente a su rival de la coalición PRI–PVEM, Enrique Agüera Ibáñez, quien ha logrado avanzar en simpatías entre ciudadanos de áreas populares y que pertenecen al segmento del llamado “voto verde”, pues estos últimos tienen una valoración positiva del segundo aspirante por provenir de dirigir una de las instituciones de educación superior más importante del país.

Para lograr el cometido de intentar ganarle una franja de votos switcher al ex rector de la UAP, Enrique Agüera Ibáñez, se ha buscado que Gali acuda a un debate a modo y se ha prestado a ese juego Actívate por Puebla, la cual surgió en 2010 como una agrupación crítica de los abusos del poder político en el estado y que ahora es una organización con tendencias filo–derechistas o filo panista.

Actívate por Puebla a lo largo de los dos últimos años se ha venido mostrando como una organización que perdió su sentido crítico y se ha dedicado a ser una instancia que legitima al gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, o que hace mutis ante los abusos que se cometen en el Poder Ejecutivo.

Integrada esa organización en su mayoría por dirigentes empresariales que representan a un pequeño segmento de la población, pero que quieren abrogarse la facultad de querer representar a toda la sociedad civil, Actívate por Puebla emprendió una serie de demandas ciudadanas que planteó al actual gobierno y le exigió realizar, pero con el tiempo quedaron en el olvido.

Un ejemplo de lo anterior es que Actívate por Puebla colocó una serie de rocas, en lugares públicos y muy visibles, como una manera de recordarle al gobierno y el Congreso local sus promesas de cambios en leyes y formas de ejecutar políticas públicas. En un principio esa estrategia funcionó, pero luego se olvidaron del tema, como es el caso de que la roca que se puso en el Atoyac para exigir su saneamiento, la cual quedó abandonada ahí sigue y nadie se ha preocupado por limpiar dicho río.

Esa desviación de Actívate por Puebla ha quedado patentizada en este proceso electoral, ya que la organización se apoderó de la organización de un debate entre los candidatos a las alcaldía de Puebla, ya que de manera unilateral decidió la fecha, el lugar para el encuentro, el formato, el temario, las preguntas y hasta el moderador. Todo ello con la tendencia de favorecer al candidato de Puebla Unida, Antonio Gali Fayad.

El aspirante del PRI, Enrique Agüera, no se ha negado a debatir, sino solamente pide que sea un encuentro controlado por la autoridad electoral e intervengan otros organismos de la sociedad civil, como una manera de garantizar que no sea una trampa en su contra.

En realidad lo que se quiere de parte de Gali y de Actívate por Puebla es abrir un espacio en el cual el aspirante panista  tenga la oportunidad de salir a golpear la imagen de su rival, junto con el apoyo de Miguel Ángel Cabellos López, el aspirante del PT, quien es un palero de la coalición Puebla Unida.

Y de esa forma se busque posicionar a Gali entre una parte de los electores switcher, quienes siempre están atentos a las discusiones públicas.

Gali supera en propaganda, en equipos de campaña, en dinero gastado, en espacios de medios de comunicación y entrega de regalos a Enrique Agüera. A esta condición de inequidad se debe de sumar el respaldo ilegal que recibe el abanderado panista de parte del gobierno del estado y que la autoridad electoral se muestra parcial para favorecer al candidato albiazul.

Con todos esos apoyos, se tenía programado que Gali a estas alturas de la campaña electoral llevara más de 10 puntos de ventaja frente a Enrique Agüera.

Como no lo ha logrado, el equipo de Gali ha recurrido a la guerra sucia contra el aspirante del PRI, y aun así los índices de intención del voto están empatados.

Dicha circunstancia es la que hace pensar a Gali en un debate como la oportunidad de repuntar, luego de que fracasaron la mayor parte de sus estrategias de campaña.