La guerra sucia desaparece publicidad de opositores

Enrique Núñez/Contracara/Intolerancia
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En medio de la más burda intervención gubernamental que se recuerde en una elección local, la madrugada de este lunes se realizó en Puebla un operativo denominado Torbellino, que confirma que el gobierno morenovallista está metido de cabeza en el proceso electoral.

El pasado fin de semana la detención de una docena de plomeros electorales —presuntamente ligados a la coalición Puebla Unida— por la entrega de propaganda negra en contra de Enrique Agüera provocó un fuerte jalón de orejas a quienes estaban encargados de blindar estas sucias maniobras a través de las estructuras gubernamentales.

Cuentan que el enojo en la Casona de Los Fuertes generó tremenda regañiza a los mandos de la capital, al haber permitido que este asunto llegara hasta la agencia del Ministerio Público, desatando un nuevo escándalo mediático.

Por increíble que parezca, esta vez el cazador resultó cazado, y para las pulgas del mandamás estatal se tuvieron que tomar nuevas medidas para evitar que se repitan estos casos tan bochornosos.

Así las cosas. Desde el domingo pasado están en Puebla varias cuadrillas compuestas por sujetos provenientes del sureste del país, quienes realizan la limpia de propaganda de la coalición 5 de Mayo no sólo en Puebla capital, sino también en la zona metropolitana.

El llamado operativo Torbellino tiene como fin crear un fuerte bloque de seguridad a las camionetas que bajan la publicidad del PRI-Verde, a través de patrullas de Seguridad Pública del Estado, las cuales escoltan durante la madrugada a los plomeros electorales, quienes retiran las lonas y los pendones de los candidatos de esta coalición.

Uno de los elementos de la policía que participó la noche del domingo confió a este columnista los detalles del operativo Torbellino.

La orden de Casa Puebla fue clara y contundente: “No más pendejadas”.

Un helicóptero electorero

Ahora que la seguridad se convirtió en una bandera de la campaña de los candidatos del PRI-Verde, de la noche a la mañana apareció el helicóptero de la Policía Estatal para realizar patrullajes aéreos por toda la ciudad de Puebla.

No es posible que mientras los índices de criminalidad crecen día con día, los hombres encargados de la seguridad en nuestro estado quieran darnos atole con el dedo sacando un par de horas al helicóptero en plena campaña electoral.

Seguramente minimizan la inteligencia de los poblanos, pensando que con sacar a pasear el helicóptero previo al 7 de julio la percepción va a ser distinta a la que hoy se tiene de la nula seguridad en Puebla.

Los patrullajes aéreos se realizan como parte de un esquema táctico para alcanzar objetivos específicos en materia de seguridad.

Sin embargo, aquí sacan a pasear al helicóptero para contrarrestar la imagen de ineptitud que hoy se tiene de los altos mandos de la policía en nuestro estado.

Nada más falta que aprovechen los vuelos del helicóptero para lanzar trípticos con publicidad electoral.

¿Así o más cínicos?