En la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial se libra una intensa pugna de poder entre el titular Julio Lorenzini y el subsecretario Rodrigo Riestra Piña, aderezada por el control de la burocracia, el ineficiente manejo de recursos, además de desfalcos y corruptelas.

En un diagnóstico de la dependencia que ayer celebró con bombo y platillo el Día Mundial del Medio Ambiente, a la llegada de Lorenzini, Riestra mantuvo los privilegios de su grupo y cesó a siete directores identificados con el anterior responsable, Juan Carlos Morales Páez, ante la nula experiencia del recién nombrado titular.

Plazas extinguidas o congeladas se reabrieron para dar cabida a Laura García González y el señor "Dos millones" en Salud: Gabriel González Cossio.

Las ineficiencias se observan en lo que ocurre en Flor del Bosque, donde mueren peces, 30 serpientes se electrocutaron y siete venados perdieron la vida, porque no aguantaron la sequía frente a la omisión del jefe del Departamento de Recursos Financieros, Francisco Pérez García, quien no autorizó la compra de alimentos.

El burócrata confundió los capítulos del gasto público y fue incapaz de gestionar fondos federales. A pesar de que están en las arcas estatales todavía no halla los mecanismos para liberar las partidas. Esto incluye el sueldo de empleados del área que llevan cinco meses sin cobrar un solo centavo.

Otro personaje de la dependencia es Gabriela García Esquivel, quien fue removida de la subdirección de administración y ahora se ostenta como directora administrativa. Su pareja es proveedor de fertilizantes, tractores, papelería y demás. También opera el presupuesto del Fideicomiso Fofaep, cuyo monto asciende a 118 millones de pesos. Verdad, Don Efrén y Doña Gaby?

Se ha detectado la disposición de recursos superiores a los 100 mil pesos en compras hechas en City Club, centro comercial que no forma parte del padrón de proveedores del gobierno local. No se sujetan a la Ley de Adquisiciones del Estado.

Tarde, pero Finanzas se percató de un desfalco por 15 millones de pesos, relativos a los vales de gasolina. Los comprobantes eran llenados de puño y letra en una estación de servicio, ubicada frente al Parque Ecológico y la dependencia.

Al recién nombrado Gerardo Ornelas le quedó como anillo al dedo el puesto de Director de Gestión Ambiental de la SDRSOT; su antecedente es que tiene la concesión de limpia en el municipio de San Pedro Cholula y una denuncia en su contra en la propia Dirección Jurídica de la Secretaría a la cual ahora pertenece, lo anterior por contaminar a cielo abierto ostensiblemente. Pero tampoco hay de qué preocuparse porque ya giró las indicaciones a efecto de darle carpetazo al asunto.

Con la idea de la eficiencia del gasto, no hay necesidad de recurrir a Gabriela García Esquivel para las compras, pues Ornelas tiene simplemente garantizadas las adquisiciones con su comercializadora, la cual surtió en el sexenio de Mario Marín a la SEP estatal cifras millonarias en mobiliario escolar en complicidad con el entonces Jefe de Departamento de Recursos Materiales llamado Emilio Vázquez.

Otras de las muchas irregularidades presentadas en cuestión de manejo de personal es que los asistentes vehiculares o choferes tanto de la SEMARNAT como SAGARPA son personal de la SDRSOT y esto por supuesto con el consentimiento de Rodrigo Riestra Piña.

Todo esto ocurre porque la Secretaría de la Contraloría, como dependencia responsable de ejercer el control está igual o peor. Por hacerse de la vista gorda relajó la disciplina administrativa en el Gobierno Estatal.

Ana Silvia Santillana García, directora administrativa del órgano de Control, está operando los recursos humanos, materiales y financieros, pero no de la Contraloría, sino de la campaña de Paty Leal, en coordinación con Genoveva Huerta Villegas y Alejandro Juárez Soriano, estos últimos adscritos al Instituto Poblano de la Mujer.

Lo grave —aún más— es que Juárez Soriana está demandado penalmente por su propia esposa y aun así ejerce en la administración pública.

Así, el peculado, negligencia, corrupción y la omisión son conceptos que no están en el glosario de términos de esta administración cuando se goza de la amistad de los que aplican la Ley.

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@AleMondras