Luego de la guerra sucia, quienes la orquestan se marcharán

Alejandro Mondragón/Al Portador/Status
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Un común denominador tiene la guerra sucia desatada en Puebla, a propósito de la campaña electoral, particularmente en la lucha por la alcaldía entre Enrique Agüera y Tony Gali.

Y es que todos los tiradores son foráneos.

Veamos:

Por el lado de la coalición 5 de Mayo, integrada por PRI y PVEM, figuran dos sicarios de la política:

Fernando Moreno Peña, delegado del CEN del PRI, quien ha convertido la diatriba en marca.

Manuel Espino Barrientos, ex dirigente del PAN y promotor de la causa de Enrique Peña Nieto en el 2012. Pertenece al rebaño foxista.

En el cuarto de guerra aparece Ivonne Ortega, secretaria general del CEN tricolor.

De parte de la alianza Puebla Unida, conformada por PAN, PRD, Panal y Compromiso por Puebla, aparece la banda Timbiriche:

Max Cortázar, delegado del CEN del PAN, ex vocero de Felipe Calderón y consultor a sueldo de gobernantes panistas.

Javier Lozano Alarcón, senador de la República. Aunque nació en Puebla se ha mantenido ajeno a la realidad local. Dos veces intentó el respaldo popular en las urnas y dos veces perdió: en el 2000 como candidato del PRI a la diputación federal y en el 2012 como abanderado del PAN al Senado, donde llegó gracias a la fórmula de primera minoría.

Gustavo Madero, dirigente nacional del PAN.

Y esta semana hizo su aparición, el inefable colimense Jorge Luis Preciado, coordinador de los senadores del blanquiazul.

Ellos han conectado el esfínter a la lengua y en cada declaración sale toda clase de mierda política.

Después del 7 de julio se marcharán.

Y aquí serán los poblanos quienes se encarguen de recoger los cristales rotos y limpiar la suciedad que dejaron regada.

¿Se vale?

Creo que Puebla no merece a estos cabrones.

alemondras@iCloud.com

@AleMondras