Los síntomas son inequívocos: si Enrique Agüera no hace pronto algo espectacular, más allá de la malograda guerra sucia, en breve tenderá a consolidarse la ventaja que le lleva Toni Gali. Alguien podría argumentar que faltan dos semanas de campaña y que todavía hay tiempo, pero tampoco debemos ignorar que llevan otras tantas en las cuales Agüera quedó encasillado en el escenario de las “Barras paralelas”. Es decir: mientras en una campaña se supone que cada candidato busca crecer y que su adversario caiga en las encuestas, en Puebla se fueron en líneas paralelas. Las encuestas más serias fueron muy precisas al registrar que el ex rector había alcanzado su techo electoral y a eso se debía que no podía alcanzar a Gali…

Hoy, las encuestas están confirmando lo anterior, estando el día de las votaciones a la vuelta de la esquina. Aunque al principio la guerra sucia sí le causó estragos a Gali, pronto lograron neutralizarla y podría no ser suficiente para que la Alianza 5 de Mayo se alce con el triunfo el 7 de julio. Por ejemplo, si comparamos las que le dan cierta ventaja a Enrique Agüera con las que hacen lo mismo con Gali, pero considerando la carga negativa y las expectativas positivas de cada uno, resulta relativamente fácil comprobar que las primeras “coinciden” con las que reconocen que Toni Gali va a la cabeza. Me explico: si sumamos el rechazo con las simpatías y posibilidades de triunfo, veremos que ahí es donde se “oculta” la ventaja del otrora secretario de Infraestructura. Por eso es que, en este momento el escenario más probable apunta a un triunfo de Toni Gali por una ventaja que oscila entre 4 y 6 puntos…

Aun los estudios que reflejan un “empate técnico”, coinciden en que Enrique Agüera no está en posibilidades de crecer, mientras Gali mantiene margen de crecimiento. En términos simples, equivale a decir que es más factible el triunfo del segundo…

Si el amable lector comparase el desglose de las encuestas de Parametría y Möller y Strategia, encontraría cosas interesantes…

“Deslegitimando el resultado…”

Si atendemos al discurso y las acciones, brotan algunos aspectos interesantes. Agüera sostiene que va ganando, que sus adversarios están desesperados y que a eso obedecen los ataques en su contra. Pero si le damos la razón, no coincide con lo que hace el CEN del PRI y su delegado porque están denunciando que habrá una “elección de Estado”, que don Máximo viola las leyes electorales e interviene en el proceso y parecen interpretar la elección que se avecina como una competencia que se ganará dependiendo de quién haga más denuncias contra la otra parte…

Parece más una estrategia para deslegitimar el resultado que otra cosa, lo que revela que lo esperan adverso…

El reciente forcejeo en torno al debate que se propuso, mediante el cual Agüera exige mayores garantías de imparcialidad para asistir, podría ser otro síntoma de la tensión existente por lo que registran las encuestas. En otras elecciones, los debates han cambiado poco las tendencias y si además fueses perdiendo, se entiende que un resbalón podría ser definitivo. Otra vez los hechos parecen apuntar hacia el desastre…

En un descuido, la “cabeza” que Gali lleva de ventaja, podría convertirse en un “cuello”. La campaña se aleja cada vez más del escenario del “empate técnico” que por propia definición, no es posible…

Enrique Agüera cuenta con poco tiempo y la zarandeada de Denise Maerker en su Punto de Partida, dolió, sin duda…

“Están doblando al Presidente…”

Nos faltan varias cosas para consolidar nuestra democracia, pero no se puede negar que México ha cambiado. En la era dorada de la dictadura partidista que tuvimos, el respaldo del Presidente era suficiente para doblar a cualquiera, superar obstáculos que parecían insalvables e imponerse sobre lo que fuese. El PRI parece preocupado por las elecciones de Puebla y Baja California pues, al margen del resultado final, estamos hablando de que, pese a contar con el apoyo del máximo gobernante, no ha logrado imponerse durante la campaña…

¿Por qué no ha podido hacerlo la alianza entre el PRI y el PVEM? En el caso de Puebla es muy claro: don Máximo logró desmantelar el poderío electoral del PRI y lo mantiene bajo su dominio. Sumado a los errores estratégicos cometidos, de confirmarse el escenario del triunfo de Gali, habrá que ver quién va a pagar “los platos rotos” en el PRI. No creo que Peña Nieto perdone si le fallasen. En el contexto, significaría quedar en ridículo y ese es un lujo que no puede darse sin pagar un precio demasiado alto. Si con la detención de la Maestra se intentaba regresarle el poder al Presidente, perder las elecciones será entendido como el inicio del desmantelamiento de su sexenio en el primer año de gobierno. Díganme ustedes si no sería una tragedia para él…

Aunque los candidatos estuviesen empatados serían malas noticias para Los Pinos porque significaría que ni con el poder presidencial logran la ventaja sus preferidos. Peña Nieto lo sabe y ahora trata de neutralizar los efectos de la guerra sucia que, aunque la inició su partido, amenaza con afectarle. No pasó inadvertido el manejo del caso Granier en el cual, luego de su regreso a México, lo “desvanecieron” mediáticamente…

“Se desmorona la estrategia…”

La estrategia del PRI-PVEM en Puebla empezó como una adaptación de las tesis de Carl Rogers y de lo que desarrollaron en la campaña presidencial en 2012. Luego dieron paso a la guerra sucia. La de la Alianza Puebla Unida se plantó en el marco de las ciudades felices para luego ser englobante: mantuvo las líneas de la felicidad y abarcó la de seguridad y economía. Para efectos prácticos, comenzó a arrebatarles banderas a sus adversarios y los estragos son visibles…

La encuesta de Mitofsky posicionando que a los poblanos preocupa la inseguridad y la crisis económica, fue otro síntoma de que la estrategia está “patinando”. Fue entendida como un intento de reforzar el primer aspecto estratégico del PRI y como un reconocimiento tácito de que estaba siendo avasallado por la de Gali. Quizá por las prisas, olvidaron que el reciente reporte de la OCDE señala que México se ubicó en segundo lugar en inflación entre sus miembros, detrás de Turquía, y que en inflación por componentes, en el rubro de alimentos, quedó en primero. Superó las propias expectativas del Banco de México y eso que estamos empezando el sexenio…

Por encima de los efectos locales y de lo que pudiese impactar en los partidos y en el Pacto Por México, está este duelo tan peculiar entre don Máximo y el Presidente. De ganar Peña Nieto, además de acercarse al regreso del PRI en Puebla, serviría para mantener a su partido más tiempo en la Presidencia. Pero si ganase don Máximo, se enfilaría a potenciar su presencia nacional en el PAN y a modificar la composición de la Cámara de Diputados en 2015 para marcarle la pauta al Presidente e iniciar la transmisión del poder rumbo al 2018…

Con la elección en Puebla Capital se están jugando dos presidencias: la local y la del país. Es una confrontación entre élites, cuyo resultado decidiremos los electores de a pie. ¿Cuál será su desenlace? Precisamente estamos escribiendo esa parte de la historia de México en Puebla…

Hasta entonces…

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