Los secretarios

  • José Alarcón Hernández
(Segunda parte)

Entre 1910 y 1930, transcurre el período violento de la revolución y se inicia la etapa de la creación de las instituciones, cuya consolidación, de una buena parte de ellas, habría de llevarla a cabo el presidente Gral. Lázaro Cárdenas del Rio.

En esas décadas, de algún modo, los actores centrales de la vida pública eran los militares-gobernantes, los maestros y los sacerdotes.

La población del país, mayoritariamente vivía en el medio rural y la economía en gran medida dependía de las labores agrícolas.

Es cierto, había industria y comercio que dominaban en las ciudades que no tenían la dimensión que hoy conocemos.

Si hasta hace pocas décadas se afirmaba que México pertenecía al tercer mundo, en esos tiempos, el país seguramente no podía ser clasificado siquiera en ese nivel.

En 1940, con el gobierno del presidente Gral. Manuel Ávila Camacho, se inicia un nuevo ciclo que habría de concluir en 1970.

En el sexenio de Ávila Camacho, el gasto en la educación en promedio es del 13 % del presupuesto nacional, porcentaje que había sido uno o dos puntos superior en el sexenio de Cárdenas, no así en los cuatrienios de Álvaro Obregón a Abelardo L. Rodríguez, periodos en los cuales el gasto fue mucho menor.

Ávila Camacho gobierna con un lema: “La unidad nacional”, que complementó con una declaración: “Soy creyente”.

Así quedaban atrás las confrontaciones, la lucha entre las facciones revolucionarias, la cristiada  y los asesinatos, que comprendieron desde el del presidente Francisco I. Madero, el de Venustiano Carranza y hasta el de Álvaro Obregón.

Nuestro paisano Don Manuel, nombró como Secretario de Educación a un poblano, a Luis Sánchez Pontón, que por cierto, apenas estuvo poco más de un año al frente de la secretaría, pues lo relevo Octavio Véjar Vázquez y luego terminó el sexenio Jaime Torres Bodet de 1943 a 1946.

Probablemente la mayor obra en el ramo educativo de Ávila Camacho fue la gran campaña de alfabetización, que logró que un tercio de la población aprendiera a leer y a escribir.

Aún guardo una “Cartilla de alfabetización”, con la cual, mi señor padre aprendió a leer, escribir y a hacer “cuentas”.

En ese tiempo, también florecieron las “Misiones Culturales”, que pervivieron hasta hace apenas dos sexenios.

Luis Sánchez Pontón tenía 45 años de edad, Octavio Véjar y Jaime Torres Bodet 41 años de edad.

Permítame esta digresión: En el periodo anterior, Vasconcelos tenía 39 años de edad, Gastélum 38, Puig 36, Sáenz 40, Ezequiel Padilla 38, Plutarco Elías 42, Amaro 40, Aarón Sáenz 39, Trejo 51, Puig 42, Bassols 34, Eduardo Vasconcelos 38, Ignacio García 49,  Gonzalo Vázquez 42 y Beteta 41 años de edad.

Ocho Secretarios con menos de 39 años, y diez con una edad que oscilaba entre los 40 y 51 años.

Antes como ahora, muchos jóvenes o dicho de otra forma, hoy también jóvenes y personas en plenitud de la vida, ocupan cargos públicos de primer nivel.

Jesús Reyes Heróles afirmaba que en los asuntos de gobierno especialmente había que entreverar las generaciones, esto es, funcionarios jóvenes y de edad como lo hace ahora el Presidente Enrique Peña Nieto.

Otro dato importante: el SNTE se creó por decreto presidencial el 15 de marzo de 1944, aún cuando su fundación se llevó a cabo el 30 de diciembre de 1943. Fue su primer secretario general el profesor Luis Chávez Orozco.

 El presidente Miguel Alemán Valdez, sólo tuvo un Secretario de Educación, Manuel Gual Vidal, de 43 años de edad, de 1946 a 1952.

Con Alemán, el sistema de educación en México, se enriqueció; se tuvo particular atención a la educación tecnológica, pues había que preparar fuerza de trabajo para la producción industrial. Eran los prolegómenos de la que hoy conocemos como la globalización de la economía, fundada en la alta competencia y la exclusión de las sociedades poco desarrolladas de los mercados internacionales.

Merece mención especial la construcción, en la capital del país, de la Ciudad Universitaria, que comprendía los edificios de las facultades, el Estadio Universitario y la Biblioteca Central,

Hay que tener presente que después de varias décadas, no ejercía la presidencia un militar sino un profesionista, egresado de la universidad.

El presidente Adolfo Ruíz Cortines, nombró como Secretario de Educación Pública a José Ángel Ceniceros Andonegui, originario de Durando, de 52 años de edad.

Ruíz Cortines no tenía profesión universitaria pero en cambio, era un hombre prudente  y sabio, con más cualidades que defectos, que tenía que corregir los excesos, sobre todo en el gasto público en que había caído el régimen de su paisano Miguel Alemán.

El fomento a la educación fue su convicción; en ese sexenio se construyeron 2600 edificios escolares y se crearon poco más de 14,000 plazas de docentes.

La buena educación, fue otra de las preocupaciones de Don Adolfo. Él llegó a confesar que lamentaba mucho que aún quedarán cerca de 3 millones de niños sin escuela.

Como él llegó a presidente sin educación universitaria, no le dio tanta importancia a la educación de los adultos. La campaña de alfabetización empezó su declive.

Estimado lector tengo dos correos electrónicos a través de los cuales recibiré sus comentarios: vivereparvo45@yahoo.com.mx y/o vivereparvo45@hotmail.com

 

 

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José Alarcón Hernández

Lic. en economía, con mención honorífica. Diputado Local dos veces y diputado federal dos ocasiones. Subsecretario de Educación Superior de la Entidad y Subsecretario de gobernación del Estado. Autor de 8 libros publicados por la Editorial Porrúa. Delegado de la SEP Federal en el Estado. Actualmente Presidente del Colegio de Puebla. A.C.