La responsabilidad social del periodismo

  • Xavier Gutiérrez
Primera Parte

A mí me  parece que el tipo de periodismo (en términos generales) que se ejerce hoy en día en el país, es hijo legítimo del sistema político en el que vivimos.

Aquella definición de política que muchos conocen, como “una guerra de intereses, disfrazada de un conflicto de principios”, y que muy bien se aplica en el país, tiene en el periodismo mexicano su correspondiente  modelo, lamentablemente.

En teoría, la libertad de expresión es un derecho de la sociedad, que lo ha delegado a los medios de comunicación, y que estos, ni tardos ni perezosos, lo asumen con más gallardía que fortuna y calidad.

Y así tenemos un variado y variopinto mosaico de muestras del quehacer periodístico, a punto tal que más de una vez a todos nos ha parecido que en nuestro país hay más periodistas que lectores.

Esa idiosincrasia del mexicano que se manifiesta en el futbol, y que convierte a cada mexicano en director técnico de la selección mexicana cada vez que esta juega, también tiene su traducción en la vida pública y en la política, y así cada mexicano es un periodista experto en todos los temas de moda, y para cada caso todo lo sabe, todo lo domina; emite un juicio y dicta sentencia, y no admite apelación alguna.

De esta manera, somos expertos en encuestas, en la elección de un Papa, en todos los problemas nacionales, en la actividad del Popo, en qué hacer con el corruptísimo líder del sindicato petrolero y sobre el no menos corrupto ex gobernador de Tabasco.

Y si así actúa el mexicano común, el periodista es la suma de muchos mexicanos.

Pienso que una característica de los periodistas en general es que, en buena medida y de la peor manera, solemos repetir  lo que tanto criticamos del poder, del ejercicio del poder.

La arrogancia, soberbia y corrupción de aquél  ha encontrado espacios de comodidad y práctica diligente en no pocos medios y comunicadores, de pequeña y gran estatura, aldeanos y de pedigrí.

Los deberes ortodoxos que nos corresponden a nombre de la sociedad, que tienen que ver con la búsqueda  de la verdad, mantener un leal compromiso con los ciudadanos y con la democracia; ser  puntuales y disciplinados en la información que se lleva al público; mantener una independencia en la relación con el poder; constituirse en un foro de crítica documentada, razonable y propositiva, y esforzarse por ofrecer  una información novedosa, creativa, sugerente, relevante y con un apropiado uso del idioma,….todo esto, que es la sustancia de nuestra responsabilidad social,  figura en la lista de los deberes que no hacemos bien, o que ni siquiera hacemos.

Sujeto el periodismo a una observación con rayos equis, hemos de admitir que al distanciarnos de nuestras obligaciones primarias, esenciales, nos hemos emparentado con el poder, a un punto tal  que con mucha frecuencia pareciera que, desde hace mucho tiempo, el periodismo en nuestro país, en términos generales, parece servir más al poder que a la sociedad, que a los ciudadanos.

Pueden no creerme. Basta mirar alrededor. Revisar pasados, presentes…y proyectar futuros.

Esa insana cercanía –cuando debería de ser ahora sí sana distancia-, nos ha hecho dependientes, monodependientes, entre otros efectos negativos. (continuará).

(Texto leído por el autor en el Foro sobre Defensa de los Periodistas y Responsabilidad Social del Periodismo).

(Gracias por tus comentarios Carlo Hugo, coincido contigo, un abrazo)

xgt49@yahoo.com.mx

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.